El taller de Josep Maria Sert, al descubierto

La comisaria María del Mar Arnús destaca la importancia de este legado. “En estas estampas vemos la metamorfosis de sus obras; su forma de trabajo con el cuerpo humano y cómo construía las diferentes escenas con grupos de personas y figuras”. También es relevante “el efecto de la luz y su fascinación por el teatro y por el circo; en concreto, colaboró con Los Ballets Rusos lo que influyó mucho en su pintura”. Josep Maria Sert unió la pintura, la fotografía y la arquitectura.

El genial muralista se construyó su propio taller en la capital francesa en 1921 al que muy pocas personas tenían acceso. Uno de los personajes que sí que tenía vía libre fue Leonard Mancini, que, además de ayudarle en el laboratorio fotográfico y en el acabado sus pinturas también le sirvió como modelo. Precisamente este personaje fue quien guardó estas fotos que han hecho posible esta relectura de las obras de Josep Maria Sert.

Por su parte, Vicenç Altaió, director del Centre Santa Mònica cree que estos documentos forman parte del patrimonio y que gracias a ellos “nos acercamos a la metodología de uno de los artistas importantes del principios del siglo XX”. Evidentemente la restauración del material a cargo de Antoni Pallarès ha sido clave para mostrarlas al público. Cada una de las imágenes ha sido estudiada con lupa y tratada con los mejores materiales para conseguir recuperar su estado original. En general, veremos unas fotos muy bien conservadas. Hay que subrayar que las instantáneas eran para él un instrumento de trabajo de uso privado con las que podía recrear sus fantasías.

Josep Maria Sert tuvo una gran restrospectiva hace veinticinco años y en 2012 el Petit Palais de París presentará una nueva exposición.

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