La ampliación de Atocha convierte a la estación de tren en el «nuevo Barajas»

Desde el próximo domingo, día en que comienza a funcionar la línea del AVE hasta Valencia, los viajeros de los trenes de Alta Velocidad y de ancho variable disfrutarán de las nuevas instalaciones, que tendrán una capacidad para atender a 36 millones de personas hasta 2025, frente a los 16 millones actuales. «Atocha superará al tráfico de viajeros que, en su momento, tuvo el aeropuerto de Barajas», afirmó el alcalde. Porque la estación tendrá el mismo número de viajeros que el aeropuerto registraba cuando se inauguró la T-4. De ahí que, el titular de Fomento, calificara a la estación remodelada del AVE como «el nuevo Barajas de Madrid».

Para Ruiz-Gallardón, estas cifras confirman que «Madrid se consolida como el nudo de la red de alta velocidad». Por ello, felicitó al Gobierno, porque «no es día de discrepancias, sino de coincidencias» señaló el alcalde. En un ambiente sin tensiones políticas, José Blanco recordó que, con la puesta en funcionamiento de la Línea de Alta Velocidad (LAV) a Levante, Madrid estará conectada por AVE con 21 capitales de provincia. «Ninguna ciudad europea tiene tantas conexiones» como la capital, indicó el ministro, quien también recibió la felicitación de Esperanza Aguirre «por haber cumplido los plazos de la obra», aunque la presidenta de la Comunidad de Madrid recordó que esta infraestructura ferroviaria es «fruto del impulso de varios gobiernos».

La fisionomía de Atocha se parece cada vez más a la de un aeropuerto. Porque se ha construido un nuevo modelo de estación: habrá una terminal de salidas (norte) —donde se concentraban todas las operaciones, hasta ahora— y una nueva terminal de llegadas (sur). No existe ninguna estación en España con esta división. Además, se han ampliado los andenes, en los que podrán estar estacionados hasta tres trenes al mismo tiempo. Los trenes del AVE se podrán mover sin necesidad de apartar al resto de unidades, gracias a los cruces de vía («breteles») que permiten estos movimientos.

Así, los viajeros podrán bajar y subir a sus respectivos trenes, en un mismo andén, con lo que se agilizan los tiempos de salidas y llegadas. Y, a partir de ahora, las 15 vías de Atocha son de ancho internacional.

La espectacularidad de la obra, diseñada por Rafael Moneo y que ha supuesto una inversión de 171 millones, se encuentra en las alturas: se ha habilitado una pasarela de llegadas, de 110 metros de longitud, a la que ascenderán los viajeros cuando bajen de los trenes. Sobre esta pasarela se ha construido una cubierta de acero blanco, soportada por 114 pilares, con módulos que permiten la entrada de la luz. «Lo más difícil ha sido realizar esta transformación sin interrumpir el tráfico ferroviario», afirmaba ayer Moneo. Este arquitecto ya se encargó de la remodelación de la estación de Atocha en 1992, cuando se inauguró el primer AVE de España a Sevilla.

La segunda fase de la ampliación de Atocha llegará previsiblemente en 2012, cuando se ponga en marcha el túnel de alta velocidad entre esta estación y Chamartín. Mediante esta infraestructura, los AVE del norte y del sur podrán estar conectados sin necesidad de hacer ningún trasbordo.