Kurosawa, un pintor de cine

En la exposición, concebida tanto para los amantes del cine de Kurosawa como para el público no iniciado, se muestran 120 dibujos originales de enorme fuerza expresiva y frescura, pintados sin la pretensión de las obras de artes que terminaron siendo. Son los guiones incipientes de sus seis últimas películas, que contienen todo el drama y la efervescencia que luego traslada a escena, y que dejan entrever su verdadera vocación de pintor. Inexplicablemente, el cineasta más occidental de Japón, aquel que mejor ha encarnado al hombre del Renacimiento en Asia –sentía pasión por las artes pictóricas, pero también por la música y la literatura- no fue aceptado en la escuela de Bellas Artes, y se centró en el cine. Su reconocimiento, «como siempre pasa con los maestros», fue póstumo, afirmó en la inauguración el comisario de la exhibición, Josep María Caparrós, para quien sus dibujos constituyen «una partitura plástica que prefigura el rodaje de la imagen en movimiento». Kurosawa fue capaz de sintetizar el arte occidental y el oriental dotándolos de un carácter universal, explicó Caparrós.

Dos quimonos originales de la película «Ran"» que ganó el Oscar al Mejor Vestuario, y veinticinco carteles originales de las películas del director japonés forman también parte de esta exposición, en la que también se proyectan los fragmentos de sus filmes mostrados en los «storyboards». El montaje se completa con la proyección en una sala anexa de películas influidas por Kurosawa, como «La Guerra de las Galaxias», de George Lucas; «Los siete magníficos», de John Sturges; y «Kill Bill», de Quentin Tarantino, entre otras.

De manera paralela a la exposición, impulsada por HoriPro Inc., Casa Asia y Japan Fundation, se celebrarán conferencias, una de ellas a cargo de la cineasta catalana Isabel Coixet, talleres y actividades para niños, así como un ciclo con las películas más destacadas del director.