Emigrar en tiempos revueltos

Con la intención de rememorar la historia de los movimientos migratorios del siglo XX, la fundación Caixa Galicia —en colaboración con el Xacobeo— acogerá hasta el próximo 26 de noviembre la muestra «Nós tamén fomos emigrantes». Esta exposición fotográfica, comisariada por Paloma Rupérez, se compone de una selección de 50 instantáneas rescatadas de entre más de un millón de originales que se acumulaban en los archivos de la fototeca de la Agencia EFE.

Las imágenes seleccionadas tratan de reconstruir en la mente de los espectadores el auge de los movimientos migratorios que se produjeron en España a partir de la década de los años 30. Según los organizadores, la finalidad de esta muestra es la de recordar un pasado que propició historias con finales felices—y otros más trágicos—, que sentaron la base de la sociedad de nuestros días. «Queremos que este trabajo sea un reconocimiento a tantas historias felices o desgraciadas de emigrantes que vivieron la gran aventura del viaje, el desarraigo y la morriña». Al mismo tiempo, el equipo de comisarios explica que esta recopilación busca incitar «a la reflexión sobre el pasado y el presente de nuestra sociedad».

Y es que las instantáneas que componen la muestra no sólo comparten temática y momento histórico. Los encargados de realizar las labores de análisis de los originales de EFE quisieron ir más allá de la belleza aparente para ahondar en el contraste de sentimientos que caracterizaban las despedidas que ahora se exponen. En todas ellas, la tristeza y la duda se entremezclan con la esperanza, y los retratos humanos son un claro reflejo de ello. Así, la incertidumbre de los que se van contrasta, a menudo, con el desconsuelo de los que se quedan.

Tras haber itinerado por diferentes puntos de la geografía gallega, caso de Santiago de Compostela, «Nós tamén fomos emigrantes» continúa su gira por los principales centros museísticos de la Comunidad, ofreciendo una nueva perspectiva —en palabras de los propios organizadores— de lo que fue un trayecto difícil e ilusionante que se convirtió en una auténtica odisea para muchos.

Las imágenes, todas ellas en blanco y negro, fueron captadas en su mayoría en los lugares con mayor tránsito de viajeros, aquellos donde las colas de viajeros que partían llegaron a hacerse interminables. De este modo, puertos y estaciones de tren acaparan la mayor parte de los flashes de las cámaras de unos reporteros que, por aquel entonces, no contaban con ningún tipo de facilidades para realizar sus trabajos. Cargar con trípodes, aparatosas cámaras y placas de cristal, entre otros, formaba parte de su día a día. Gracias a ello, las instantáneas que se presentan desprenden la esencia y la textura de los trabajos de antaño, muy alejados de la realidad digital de la era de la información.

A través de esta iniciativa, Caixa Galicia confirma su apuesta por la temática migratoria. Así, este proyecto entronca con un documental promovido por la propia caja y dirigido por el periodista Manuel Campo Vidal. Bajo el título «América o el Shangai», este consolidado profesional trató el fenómeno de la emigración sin tapujos, poniendo voz desde el punto de vista más humano a aquellos que vivieron historias desgarradoras y emotivas, en el marco de estos movimientos poblacionales del siglo XX.

El objetivo de la cinta que Vidal presentó este verano busca cubrir un vacío de investigación histórica sobre uno de los fenómenos que marcaron la historia más reciente de la Comunidad, en un certero homenaje a todos aquellos hombres y mujeres que dejaron su tierra el siglo pasado y pusieron rumbo a destinos desconocidos como América o Europa y a otros más cercanos pero igual de insalvables como Cataluña o el País Vasco.

El documental recuerda a lo largo de 20 testimonios de personas anónimas y conocidas de la actualidad gallega la historia de familias de emigrantes como la del catedrático Antón Costas; el ex director de la división internacional de Caixa Galicia, Xosé Manuel Caneiro; la presentadora y actriz Paula Vázquez; la diputada en el Congreso, Isabel López Chamosa; la hija del fotógrafo Manuel Ferrol, Patricia Ferrol; y el vicepresidente del Centro gallego de Buenos Aires, quienes participan en la grabación aportando el espíritu y los sentimientos de su propia experiencia o la de sus familias.

Y es que muchos de los que vivieron en carne propia esa época se descubrirán, medio siglo después, reflejados en unas instantáneas donde la figura de los más pequeños cobra un sentido especial. Los fotógrafos de la época, conscientes del simbolismo que entrañaban los rostros de estos niños, los convirtieron en protagonistas anónimos de muchas de las imágenes que forman parte de la exposición «Nós tamén fomos emigrantes». Puede que incluso alguno redescubra, indagando entre las caras de la emigración, una historia cercana.