gripe
La epidemia que viene
Los expertos vaticinan cómo será la nueva temporada gripal
nuria ramírez de castro
El año pasado no había conversación en la que no se colara la gripe. Hoy nadie habla de ella aunque el virus A H1N1 que tanta alarma generó el año pasado no se haya ido del todo. En la nueva temporada de gripe, el virus ... pandémico seguirá contagiando pero esta vez no lo hará en solitario sino en compañía de otros virus gripales. El H1N1 se mantiene activo y circulando . Por eso, las vacunas de este año lo incluyen en su composición junto a otros del tipo A y del B que circularon en el hemisferio sur.
La experiencia de países como Argentina, Chile y Australia donde ya están a punto de abandonar el invierno austral es lo que permite aventurar cómo será de agresiva la infección. En América del Sur la epidemia no ha sido más intensa que el año anterior y los tres virus han convivido. En Oceanía ha tenido más fuerza el H1N1 y sin embargo ha habido menos afectados. «La lógica nos indica que la epidemia de este año cursará como una gripe estacional y será bastante menos agresiva, pero esta infección siempre es imprevisible», explica José Blanquer, coordinador del área de enfermedades infecciosas de la Sociedad Española de Patologías Respiratorias (Separ).
¿Será virulenta? ¿golpeará con fuerza el temido H1N1? ¿afectará más a adultos jóvenes que a mayores, como ocurrió el año pasado? «Es una incógnita total. En la posición más pesimista podríamos pensar que habría posibilidades de que se produjera un tercer brote de la pandemia y por eso la vacuna de este año incluye todavía a la cepa H1N1», apunta Blanquer.
Renovar la vacunación
Si en la epidemia de esta temporada tiene más fuerza el virus pandémico afectará más a los adultos jóvenes y habrá un mayor riesgo de que la gripe se complique con neumonía, como sucedió el invierno pasado. La pandemia fue más leve de lo que se pensó en un primer momento, pero también se vivieron casos más graves . «Yo trabajo en la UCI de un hospital y lo más llamativo el invierno pasado fue ver cómo ingresaban pacientes de menos de 50 años con gripes de gravedad, cuando lo normal es que esa situación la vivamos con personas mayores y enfermos crónicos. Muchos necesitaron ventilación mecánica para respirar y estuvieron hospitalizados durante más de un mes», recuerda Blanquer.
El Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos se apunta a la especulación más optimista para el año cero después de la pandemia. Aunque reconocen que los virus de la gripe «siempre nos sorprenden» aventuran que el virus pandémico causará este año unas tasas moderadas de mortalidad o incluso podría extinguirse. Su pronóstico reposa en la experiencia adquirida en las seis pandemias de gripe ocurridas en los últimos 163 años. Dos de sus expertos en enfermedades infecciosas, Anthony Fauci y Jeffery Taubenberger, han estudiado cómo se adaptaron entonces los virus y tienen el convencimiento de que no es probable que vuelva a golpear el H1N1 de forma explosiva. La agresividad de la próxima gripe dependerá de la inmunidad de la población. En Estados Unidos se estima que aproximadamente el 59% de la población ha adquirido cierta protección por haber entrado en contacto con el virus, a través de la vacunación o al enfermar.
Pese a este optimismo inicial, los expertos estadounidenses advierten contra el riesgo de la «complacencia» y el peligro de que la gripe de este año afecte a la población más joven, la que difícilmente se vacuna. No es para tomárselo con ligereza. Aunque la pandemia de gripe A fue leve, murieron 19.000 personas en todo el mundo. La cifra aún es provisional y la Organización Mundial de la Salud cree que tardará otro año en determinar la verdadera cifra de fallecidos. Entonces se podrá valorar si fue más agresiva que la gripe estacional.
Sea cual sea el escenario que vivamos este invierno, la única fórmula de protección segura es la vacuna, preparada para actuar como un escudo frente a los tres virus circulantes. La recomendación de la Separ y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es vacunarse como cada año, incluida la población que la temporada pasada se contagió e incluso los que se protegieron el año pasado. En España todavía hay una gran cantidad de población susceptible de contagiarse con el virus A H1N1, porque el año pasado no estuvo en contacto con la infección. Y el que pasó la gripe el invierno pasado no está protegido frente a los otros dos virus gripales que también están en circulación.
Protección solidaria
Todos estamos llamados a vacunarnos, en opinión de Raúl Ortiz de Lejarazu, director del Centro Nacional de la Gripe en Valladolid. A este experto no le gusta hablar de grupos de riesgo, aunque las comunidades autónomas sí lo hagan para decidir a quién vacunan de forma gratuita. « La de la gripe es una vacuna solidaria . Los que se vacunan no sólo se protegen a sí mismos, sino que protegen a las personas de su entorno creando un entorno de seguridad», argumenta.
Esa es la misma tesis de los institutos de salud de Estados Unidos. Su recomendación es inmunizar a niños, sanos o enfermos crónicos, a partir de los seis meses de edad y a los adultos jóvenes. No sólo por su protección sino por incrementar la inmunidad general de la población. En Japón desde hace años también se vacuna a los niños en edad escolar para proteger a sus padres y mayores.
El concepto no consigue calar en las autoridades españoles ni tampoco en la población que asocia gripe a un problema de personas mayores. La única manera de cambiarlo es incluir la vacunación gripal dentro de un concepto de bienestar o calidad de vida, propone Ortiz de Lejarazu. «Debemos ofrecerla como una fórmula para evitar el deterioro físico de la enfermedad, no como una oferta dentro de grupos de riesgo. A nadie le gusta considerarse mayor ni tampoco enfermo, aunque lo seamos».
El Ministerio de Sanidad ha decidido no bajar la guardia este año. La ministra Trinidad Jiménez ya ha anunciado que se mantendrá «una observación más intensa» pese a confiar en tener una «mayor tranquilidad que en 2009». La red de médicos centinela seguirá activa para tener la capacidad de reaccionar ante cualquier escenario.
Uno de los retos de las autoridades sanitarias esta nueva temporada es conseguir que la población acuda a los centros de salud a vacunarse. El año pasado el miedo a unas vacunas que se fabricaron y probaron con urgencia sólo consiguió que se inmunizaran tres millones de españoles frente a la gripe A y seis millones de dosis de vacunas terminaron en la basura. Los nuevos fármacos demostraron que la inmunización fue segura y no se detectaron más efectos secundarios de los esperados, incluso en las mujeres embarazadas. «Este año esperamos que las aguas vuelvan a su cauce y la campaña tenga éxito», confía el director del Centro de Gripe de Valladolid.
Están llamados todos los mayores de 65 años, el personal sanitario y los enfermos crónicos a partir de los 6 meses de edad . La excepción es que esta temporada se incluye como grupo de riesgo a las personas con obesidad mórbida y a las mujeres embarazadas, sea cual sea su mes de gestación. Las embarazadas siempre han sido consideradas un grupo vulnerable a esta infección, aunque el consejo se restringía a las mujeres que estaban en el tercer trimestre.
Inmunización en el embarazo
La experiencia de la pandemia ha mostrado a los expertos en enfermedades respiratorias que la gripe es especialmente peligrosa para obesos y gestantes. Otra enseñanza de la temporada de gripe A, más positiva, es que la vacuna no supone un riesgo añadido para el bebé. La Agencia Europea del Medicamento no ha encontrado relación directa entre la pérdida fetal y el medicamento.
Este año quien quede fuera de las recomendaciones de la administración puede encontrar la vacuna en la farmacia , aunque sin financiación pública. En ese caso deberán comprar el medicamento en la farmacia y acudir a un centro de salud a pincharse.
Otro consejo para sobrevivir a la epidemia de todos los años es mejorar la alimentación y los hábitos saludables. Leche, yogures, legumbres, frutas, frutos secos y miel ayudan a potenciar el sistema natural de defensas del organismo. Un estudio del Instituto Pasteur, publicado en la revista « Vaccine », demostraba que el consumo de probióticos de leche fermentada mejoraba la respuesta inmune tras la vacunación gripal.
¿Gripe o catarro?
Es el eterno dilema. No importa las veces que se cuente. Los españoles solemos llamar gripe a casi cualquier infección respiratoria, aunque sea un catarro común. Y con el mismo desparpajo recurrimos sin remordimientos a la autoprescripción de antibióticos, un medicamento inútil en un proceso vírico. Como breve guía, conviene saber que el virus de la gripe ocasiona un intenso malestar general: dolores musculares y articulares acompañados de fiebre alta (entre 38 y 40 grados) durante los tres primeros días, además de los típicos síntomas catarrales (tos, aumento de la mucosidad nasal, picor y dolor de garganta).
El periodo de incubación oscila entre las 18 y las 36 horas, aunque en ocasiones pueden pasar tres días entre el contagio y la aparición de los primeros síntomas. En personas de alto riesgo, es causa de complicaciones severas y motivo de ingreso hospitalario, aunque por lo general los síntomas tienden a remitir en el plazo de una semana. Si no basta con estos datos, recuerde: una gripe es ese catarro tan fuerte que nos arrastra hasta la cama y nos hace sentir tan mal que es difícil de olvidar durante años.
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