Zapatero pide un impuesto mundial contra la pobreza

La idea de Zapatero coincide con la de dirigentes de otros países como el francés Nicolás Sarkozy , quien además, según dijo también en la ONU, cree que ese impuesto debe establecerse lo antes posible, y así lo va a defender desde su presidencia del G-20 y del G-8 a lo largo del año próximo. Tanto uno como otro consideran que el asunto debe abordarse en los foros internacionales, de manera especial en la Unión Europea y el G-20, que se reunirá a mediados de noviembre en Corea del Sur. Los europeos ya se pronunciaron a favor de ese tipo de tasa, pero en la última reunión del G-20 en Toronto, algunos países emergentes como Brasil o desarrollados que no sufrieron la crisis, como Australia o Canadá, se opusieron a ello.

Zapatero, que siempre ha mostrado un gran entusiasmo para sacar adelante los Objetivos del Milenio, destacó los esfuerzos realizados por su Gobierno para aumentar la Ayuda Oficial al Desarrollo, aunque reconoció que la crisis ha frenado esa marcha. Indicó que, en cualquier caso será un frenazo temporal , pero, desde luego, impedirá llegar al 0,7% del PIB en ayuda al desarrollo al final de la presente legislatura en 2012, como se había programado. Ahora la meta del Gobierno es alcanzar ese porcentaje en el año 2015.

En cualquier caso, Zapatero subrayó que no son suficientes los esfuerzos nacionales. «Es preciso acudir —dijo— a fuentes innovadoras que nos permitan cumplir los objetivos, como es instaurar una tasa sobre las transacciones financieras internacionales», una idea que no es nueva y que ya se ha apuntado en alguna otra ocasión desde que en 1971 el economista estadounidense, Ted Tobin, planteara crear un impuesto para el flujo de capitales, la conocida como «tasa Tobin» . Se estima que la puesta en marcha de un impuesto de ese tipo permitiría recaudar más de 30.000 millones de euros al año para destinarlo a los países más pobres. «Parece bastante lógico, sensato y justo —dijo Zapatero— que los países que han salido al rescate del sistema financiero le pidan ahora un mínimo esfuerzo de colaboración».

Si bien ese fue la única propuesta planteada en su intervención por Zapatero, fuentes gubernamentales indicaron que España está abierta a la consideración de otras iniciativas como podría ser la adopción de impuestos al transporte aéreo y marítimo destinados a compensar sus emisiones contaminantes, o bien el establecimiento de contribuciones voluntarias ligadas a los billetes de avión.

De hecho, una docena de países, entre ellos Francia ya ha implantado este mecanismo, que consiste en aplicar una contribución voluntaria de un euro para los billetes de vuelos nacionales y de dos para los internacionales, en clase turista, y de algo más en clase preferente. El sistema, según las fuentes españolas, ha permitido recaudar 160 millones de euros anuales para el desarrollo y además ayuda a que la población se conciencie de la necesidad de sumar aportaciones privadas a las ayudas públicas al desarrollo. De todos modos, las mencionadas fuentes precisaron que el Gobierno español no estudia en estos momentos la adopción de ese tipo de tasas, ni siquiera las voluntarias.