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El hachís viajaba como «vip»

PABLO D. ALMOGUERAMÁLAGA. Nunca la fotografía aérea ha resultado tan rentable: tres millones de euros por unos cinco vuelos. No es ningún milagro empresarial. La clave de este rentable «negocio» es

PABLO D. ALMOGUERA

MÁLAGA. Nunca la fotografía aérea ha resultado tan rentable: tres millones de euros por unos cinco vuelos. No es ningún milagro empresarial. La clave de este rentable «negocio» es que sus impulsores no son fotógrafos ni sentían una especial atracción por las imágenes tomadas a vista de pájaro. Eran los miembros de la banda de traficantes desarticulada por la Policía Nacional y la Guardia Civil en Málaga y que introducían hachís con un helicóptero utilizando como pantalla la realización de reportajes fotográficos aéreos.

Dos mandos de los citados cuerpos ofrecieron ayer más detalles de esta operación que se ha saldado por ahora con la detención de 17 personas y cuatro imputados. Éstos explicaron que la organización tenía una estructura jerarquizada y cada miembro tenía perfectamente delimitada su función. La red había conseguido un elevado grado de especialización y tenían diferentes empresas tapadera para el blanqueo de capitales.

Una de las piezas claves de la banda era el piloto del helicóptero, un Eurocopter modelo EC13B4 con capacidad para ocho personas y que se utilizaba para transportar el hachís. En cada vuelo introducía entre 700 y 800 kilos de la citada sustancia, que se cargaba en un punto próximo a Tánger.

Este individuo era el que marcaba la agenda de la organización, ya que realizaba traslados de «Vips» y se ponía a disposición de los narcos cuando tenía un hueco.

Aunque también utilizaban la vía marítima para transportar la droga en lanchas rápidas, la posibilidad de ser detectados por el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) era un handicap que solventaban con la utilización del helicóptero.

Con el pretexto de realizar reportajes fotográficos aéreos en el norte de Marruecos y Andalucía, obtenían los permisos de vuelo necesarios. El punto habitual de aterrizaje se encontraba en el municipio malagueño de Casabermeja y no dudaban en volar de noche y con condiciones meteorológicas adversas.

En una vivienda de esta localidad se almacenaban los alijos, que después eran distribuidos a través de una empresa de transporte a distintos puntos del país y de la Unión Europea (UE).

El inmueble estaba ubicado en la zona alta de una montaña desde la que los detenidos divisaban cualquier acercamiento, una circunstancia que dificultó las labores de vigilancia de los agentes y que se incrementaba con la utilización de un telescopio electrónico de gran capacidad.

La droga intervenida, 2.720 kilos de hachís, habría alcanzado un valor superior a los tres millones de euros, explicó el capitán Martín, mando de la Guardia Civil de Málaga. Éste especificó que las detenciones se han producido en las provincias de Málaga, Madrid y Gerona, y que durante la operación se realizaron más de un centenar de intervenciones telefónicas.

El inspector Toribio, del Grupo II de Estupefacientes de la Udyco Costa del Sol, destacó los importantes medios con los que contaba la red y las importantes medidas preventivas que adoptaban sus miembros.

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