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Fuga de talento en el CNIO

El Centro de Investigaciones Oncológicas despide a Manuel Hidalgo y se prepara para las salidas de Manuel Serrano y Alfonso Valencia, otros científicos clave en la institución

Manuel Hidalgo ABC
Nuria Ramírez de Castro

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El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) se queda sin algunas de sus mentes más brillantes. La institución, dirigida por María Blasco, ha despedido de forma fulminante a Manuel Hidalgo , el director del programa de investigación clínica e impulsor de nuevos tratamientos contra el cáncer de páncreas. Su despido se produce al ser su puesto incompatible con su actividad en Estados Unidos y no acudir a trabajar al centro español, aseguran en la institución. El oncólogo lo ha negado y ya ha anunciado una querella.

La suya no es la única salida de este centro de excelencia en el que vuelve a haber mar de fondo. A Hidalgo lo cesan, pero otros científicos claves en el CNIO se están planteando abandonar la institución por razones ajenas al conflicto con Hidalgo, según ha podido saber ABC. Entre ellos, Manuel Serrano, jefe del Grupo de Supresión Tumoral, que previsiblemente cambiará el CNIO por el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona y Alfonso Valencia, responsable de Biología Computacional, que se trasladará al Centro de Supercomputación, también en Barcelona.

El CNIO solo ha confirmado el cese de Hidalgo. Sí recordaron que entre 2015 y 2016 entraron tres grupos nuevos de investigación y anunciaron que el próximo año está previsto hacer fichajes, al menos dos nuevos grupos. «La movilidad es algo natural en los centros de élite científicos. En España y en cualquier institución extranjera», argumentan.

Puesto de trabajo en duda

Las salidas de estos tres científicos no son solo una pérdida de talento, también suponen la marcha de unos fondos jugosos para el CNIO.

Tanto Serrano como Hidalgo poseen proyectos del Consejo de Investigación Europeo con una financiación millonaria que perdería el CNIO. Estas cantidades están vinculadas al investigador, por lo que se irán con ellos. El año pasado, y por segunda vez consecutiva, Serrano accedió a estos fondos de 2,5 millones de euros. La misma cantidad fue adjudicada a Hidalgo para buscar tratamientos personalizados contra el cáncer. Con este presupuesto se sostenía a un equipo de quince investigadores que ahora deben negociar su permanencia. Desde el CNIO se asegura que se «negociará uno a uno» para evitar su salida.

El oncólogo Manuel Hidalgo compaginaba su actividad en el CNIO con su trabajo en Estados Unidos, en la Universidad Johns Hopkins. Como la financiación es europea no puede salir del continente. Hidalgo baraja dos opciones: o trasladar su proyecto al hospital de Fuenlabrada o al instituto de investigación del Hospital La Paz de Madrid.

Sus abogados también trabajan en una querella contra la directora del CNIO , María Blasco , por «acoso laboral» y aseguró a este periódico que impugnará su despido. Niega haber abandonado sus compromisos laborales. «Nadie ficha a la entrada y salida del CNIO. Con las nuevas tecnologías no es necesario estar físicamente en un puesto de trabajo. Estaba, al menos, un día a la semana. Mi grupo funcionaba mejor que nunca».

En el CNIO la versión es otra: «Desde agosto de 2016 hasta hoy, su presencia en nuestras instalaciones se ha limitado a 52 horas ». Hidalgo lo niega: «En agosto estuve 77 horas, 137 en septiembre y en octubre 170, incluyendo tiempo presencial en el CNIO, en el hospital, viajes y dedicación telemática».

Un despido consensuado con Hacienda

El despido del oncólogo Manuel Hidalgo no ha sido una decisión unilateral, sino que se ha tomado de forma consensuada con la comisión delegada del Patronato del centro, advierte el CNIO. El Patronato también ha tenido en cuenta la decisión de la Oficina de Conflictos de Intereses del Ministerio de Hacienda que considera que la actividad clínica del oncólogo en Estados Unidos era incompatible con su puesto en España.

El informe de Hacienda señalaba que «su dedicación completa en la universidad americana puede impedir o menoscabar el estricto cumplimento de los deberes del solicitante en el puesto público». Desde entonces, se asegura, se había intentado acordar con él una dedicación profesional con menos responsabilidad «sin que haya sido posible llegar a ningún acuerdo con el Dr. Hidalgo», señalan.

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