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TABAQUISMO

El humo de tercera mano compromete el sistema inmune

La exposición al humo de tercera mano provoca alteraciones biológicas sobre las células del sistema inmune implicadas en la inflamación y las reacciones alérgicas

El humo del tabaco se acaba adheriendo a todas las superficies y objetos ARCHIVO

M. LÓPEZ

Fumar es malo, muy malo para la salud. Y no solo para la de los fumadores, sino también para la de todos aquellos que acaban inhalando los productos del tabaco, ya sea de forma directa –los consabidos fumadores pasivos o ‘fumadores de segunda mano’– o ... con el paso del tiempo. Se trata de los denominados ‘fumadores de tercera mano’, que acaban contactando con las sustancias tóxicas inicialmente suspendidas en el humo del tabaco y que se adhieren a todo tipo de superficies –desde los muebles hasta las paredes–. De hecho, un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley en Berkeley (EE.UU.) muestra que los residuos dejados por el humo de los cigarrillos pueden provocar efectos sobre el peso y el desarrollo celular que dañan la salud de una forma muy significativa. O así sucede, cuando menos, en los modelos animales –ratones.

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