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Editorial ABC

La democracia vuelve a Cataluña

Nuestra democracia no solo no agoniza, sino que se revaloriza con lo ocurrido ayer. Lo imperativo era sofocar una rebelión contra la esencia misma de España y su Estado de Derecho

Mariano Rajoy, durante su comparecencia para explicar la aplicación del artículo 155 EFE

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Nuestra democracia entró ayer en una nueva fase para la pervivencia del sistema constitucional de 1978 . Las consecuencias de la aplicación del artículo 155 por primera vez en la historia son imprevisibles, pero ello no obsta para sostener que la decisión adoptada por ... el Gobierno era imprescindible e inevitable. Incluso, tardía. El golpe de Estado dado por la Generalitat merecía desde luego la fulminante destitución de Carles Puigdemont y de su Gobierno, la intervención de facto del Parlamento catalán y la preparación del terreno para unas elecciones en seis meses, una vez recuperada la democracia en las instituciones. La prudencia y la paciencia siempre deben tener un límite. Cuando la agresión a las leyes se convierte en sistemática es imprescindible la contundencia, si de lo que se trata es de rescatar la democracia de quienes la han violado con contumacia. Era imposible que el Estado fuese permisivo un solo minuto más esperando una rectificación de Puigdemont, porque en su delirio ha convertido su causa secesionista en una obsesión enfermiza, que ya empuja a los catalanes a la ruina.

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