Enrique Iglesias rescata la sonrisa de Isabel Preysler «bailando»

Las luces se apagaron y los músicos comenzaron a tocar. Un «sex and love» de grandes proporciones salió en la pantalla (así se llama la gira con la que Iglesias seguirá viajando por todo el mundo). De entre una nube de humo apareció el hijo de Isabel Preysler entonando «I’m a freak». «Esas manos al cielo, Madrid» dijo a los 15.000 espectadores que se reunieron ayer. El público descargó las ganas de bailar, cantar y saltar con «I like how it feels».

Pero Enrique no vino solo. Con Descemer Bueno (compañero de batallas desde hace años), cantó «El perdedor». Aunque ni él ni Anna Kournikova han confirmado el cese definitivo de su relación, el cantante introdujo «Loco» recordando cómo surgió este éxito: «Hace nueve años, cuando Descemer se estaba separando y yo me estaba enamorando». Antes de cantar «Cuando me enamoro» alzó una copa y brindó «por España», la tierra que le «vio nacer».

Uno de los instantes más espontáneos del concierto lo protagonizó Daniel, un joven de Mallorca que subió al escenario de la mano de Iglesias. «Es que esta canción no me la sé», comentó. Ante la sorpresa del hijo de Julio Iglesias cantaron «Stand by me» de Ben E. King: «Esta canción es mi preferida desde que tenía cuatro años». Iglesias demostró que más allá de sus canciones sabe cautivar al público.

Desde el escenario recordaría su trayectoria, aquella que Enrique, de 39 años, comenzó sustituyendo el apellido de su padre por el de «Martínez». Unos inicios musicales que se remontaron a sus años en Miami, donde recordaba a toda su gente de España escuchando «La chica de ayer», de Antonio Vega, tema que interpretó anoche.

El momento cumbre llegó tras una oscuridad sepulcral: Descemer Bueno subió al escenario para cantar «Bailando» el que ha sido el himno oficial del verano. Después vendría «Tonight». El público salió del Palacio cantando «Es una experiencia religiosa», tema con el que Iglesias cerró el espectáculo.