Hazte premium Hazte premium

El porvenir del pasado de Mar Flores

Los antiguos y escandalosos romances de la modelo le están pasando factura

El porvenir del pasado de Mar Flores abc

ángel antonio herrera

Lo que pasa con el pasado es que tiene mucho porvenir, sobre todo si hablamos de Mar Flores , que tuvo una temporada de vivir dentro de las portadas. Hasta les quitó auge a los toreros del escalafón sentimental, adúlteros o no. Mar acaba de dar una entrevista, y ha vuelto a ser aquella famosísima, porque aquí abres el pico, a propósito de tu marido, y te tiran a la cabeza la hemeroteca de amores, incluyendo, incluso, los verdaderos.

Le acaba de pasar a Mar. Está enfadada, y yo les apunto que también un poco o un mucho deprimida, porque ahora le sacan con demasiada alegría en la tele los nombres de Alessandro Lecquio , Fernando Fernández Tapias o Cayetano Martínez de Irujo , que fueron algo en su vida, y perdonen que cite juntos a tan diversos varones, y tan distintos. De modo que ya está Mar Flores en las peluquerías de la tele, ella que lleva huyendo de esa cháchara desde hace años, y bien que ha hecho.

Ella, y su marido, Javier Merin o, ya le pillaron postura de no hacer ni caso a estos «Clásicos del recuerdo», pero ahora Mar está preocupada por lo que puedan escuchar sus hijos. Se comprende. Yo le hice una entrevista a Mar justo un rato después de pegar portazo convencido a su vida alegre, digamos, y lo que me encontré fue una chica más bien triste, desorientada y con una única voluntad primera y última: no ser desdichada. Llegó a confesarme que, por momentos, había tenido muy poco apego a la vida. Apego y aprecio. Charlamos en su casa del norte de Madrid, muy de mañana, mientras desayunábamos cerveza mexicana, sentados los dos en el suelo. Mar no había sido ni más ligera ni menos que otras, pero sí, a menudo, más inocente. No había tenido ni más ni menos deshoras de hotel que otras, pero sí peores compañeros de viaje, por no decir compañeros de cama.

De todo esto se está hablando ahora, claro, porque Mar fue tema, o sea, que hay tajo. Hago ahora memoria porque ya entonces Mar no estaba precisamente entusiasmada con su biografía, con lo que recordarle aquellas andadas no es alegrarle el día, precisamente. Mar, durante un tiempo, iba para Isabel Preysler, pero salió poco filipina. Mar se quedó en una Preysler castiza y peatonal, porque para grandes fastos o firmas ya estaba, y está, la Preysler propiamente dicha.

Amoríos de portada

Mar se quitó de los hombres ennoviando con Javier Merino, para casarse después. Aquí también el pasado tuvo mucho porvenir, porque Merino era un antiguo conocimiento. Antes de él, Mar no desaprovechó el tiempo. Se adentró en amoríos de portada, y hasta sacó tiempo para poner una agencia de modelos con Sofía Mazagatos, alianza profesional que yo creo que duró el cóctel de inauguración. Mar ha vuelto. A su pesar.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación