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Esperanza la belga

Aguirre se escaqueó de los actos institucionales mañaneros en el Ayuntamiento de Madrid

Esperanza la belga jaime garcía

rosa belmonte

Esperanza Aguirre se presenta por Madrid, pero es una unidad de destino en lo universal. Ayer hasta fue un poco belga. Dice que es la única que va sin disfraz. Y lo dice vestida de chulapa. Claro que un traje regional, y más uno tan ... sencillo, no es un disfraz, pero parecía Magritte: esto no es un pipa. También parecía ese personaje de «Alicia en el país de las maravillas» que llama a las cosas como quiere. Antes de llegar a la pradera, fue a misa a la colegiata de San Isidro. Primera «mise en scène». Tardó media hora en recorrer los pocos metros que separaban la puerta de la iglesia y la del coche. Sus fans. Consiguió irse, vestirse de chulapa y encaminarse (en autobús) a la pradera. Poco antes había llegado al mismo sitio un coche fúnebre que tuvo que parar ante el corte de tráfico. «Vengo al tanatorio», le dijo a un policía. «Pero ¿qué trae? ¿Un muerto?». «No, vengo a cargar». Y lo mandó por otro lado. A Carmona le tocó la peor foto. El conductor de su coche de campaña fue a pararse justo al lado de una valla en la que se leía «Sólo entrada a tanatorio». Y detrás, su cara.

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