El día que Álava planteó separarse del País Vasco si se imponía el Plan Ibarretxe

Fue en octubre de 2003, cuando las Juntas Generales Álava, su parlamento provincial, advirtieron de que si llevaba hasta las últimas consecuencias el plan Ibarretxe, los alaveses se sentirían «liberados» del compromiso contraído en 1979 en la «configuración unitaria» del País Vasco, cuando votaron el Estatuto de Autonomía. El acuerdo salió adelante con los votos de PSE-EE y PP. Era, con todo, el tercer pronunciamiento de las Juntas Generales de Álava en este mismo sentido, desde el anuncio, en 2002, del plan soberanista de Ibarretxe.

El texto, aprobado con los 26 votos del PP y el PSE contra los 23 que sumaron el PNV, EA, IU y el foralista Unidad Alavesa, reiteraba la voluntad de Álava de mantener el estatus jurídico y político que dimana del Estatuto de Guernica y de la Constitución y de permanecer vinculada al País Vasco, a España y a Europa. «Los alaveses no queremos cuestionar nuestra pertenencia a España y Europa. Y ambas pertenencias son gravemente cuestionadas en la propuesta del lendakari», afirmaba la iniciativa dirigida a mantener la legalidad. En otro momento, en la moción aprobada sus impulsores rechazaban admitir «que se imponga el proyecto nacionalista a quienes no lo somos».

Años antes, y a raíz de que los nacionalistas sacaran adelante en el Parlamento vasco una iniciativa a favor de la autodeterminación, Unidad Alavesa ya planteó la posibilidad de que este territorio histórico, de mayoría constitucionalista, propusiera separarse de la Comunidad Autónoma.