Susana Díaz cumple un año al frente de la Junta con las sospechas por corrupción como telón de fondo

Las causas de corrupción en las que están involucrados varios exmiembros de la Junta y los datos del desempleo en esta comunidad autónoma eran dos de los principales retos que afrontaba Susana Díaz cuando llegó al cargo. Un año después, estos asuntos todavía son problemas por resolver para la presidenta de Andalucía.

Y es que la corrupción sigue dando quebraderos de cabeza al PSOE andaluz. El caso ERE, donde están imputados los dos últimos antecesores de Susana Díaz en su cargo (Chaves y Griñán), ha sido elevado al Tribunal Supremo recientemente. Otras investigaciones como el caso Mercasvilla o el supuesto fraude de los cursos de formación también han dado que hablar durante los últimos meses.

Por si fuera poco, la coalición entre el PSOE e IU que mantiene a Díaz al frente de la Junta también ha atravesado momentos críticos a lo largo de este año. Durante el pasado mes de abril, la presidenta de la Junta retiró durante 48 horas a sus socios del Ejecutivo las competencias sobre viviendas sociales por el realojo de los vecinos de la denominada Corrala Utopía de Sevilla.

Mientras el Gobierno andaluz ha pasado un año, cuanto menos, complicado, la figura de Susana Díaz dentro del PSOE se ha agrandado en los últimos doce meses. Tras su negativa a presentarse a las primarias del partido para la elección del nuevo secretario general, Díaz decidió volcar su apoyo en la candidatura de Pedro Sánchez.

La victoria del madrileño en dichas primarias supuso, por tanto, un incremento de la relevancia de Díaz en su partido. Este hecho se ha reflejado en aspectos como la elección de Micaela Navarro, de la federación andaluza y cercana a Díaz, como nueva presidenta del Partido Socialista.