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Los mayores «pecados» de las encuestas

Hay «cocinas» rigurosas y sanas, y otras que envenenan los resultados con muestras insignificantes y ridículoas

MARIANO CALLEJA

Las encuestas se cocinan , o deberían cocinarse, si quieren ofrecer una estimación de voto seria y fiable. La comida cruda puede resultar indigesta, y con los resultados en bruto de un barómetro ocurre lo mismo. Dicho así, habrá quien se lleve las manos a ... la cabeza y pronuncie la palabra prohibida: «¡ Manipulación !». Pero lo cierto es que si se trata de una encuesta seria, con una empresa rigurosa detrás y una muestra aceptable, lo que hay es un trabajo técnico realizado por sociólogos y politólogos que se dedican a interpretar y procesar los datos recogidos para ofrecer una estimación de voto fiable. Eso es lo que se llama cocina. Lamentablemente, dentro de la promiscuidad de encuestas que hay por todas partes la seriedad brilla a menudo por su ausencia, y algunos tratan de «adivinar» el voto latente de los ciudadanos a partir de un puñado de entrevistas que resulta ridículo, o bien se les va la mano en el «cocinado» y acaban quemando el producto. Son los mayores «pecados» que cometen muchas pseudoencuestas en España.

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