La dirección del PSC se declara «harta» de su sector soberanista

En esta batalla, que todo parece indicar que conduce a una ruptura inevitable, la dirección que encabeza Pere Navarro está usando como ariete a Antoni Balmón, secretario de Acción Municipal y alcalde de Cornellá (Barcelona), a quien no se ha desautorizado en ningún caso y que, se entiende, traslada la opinión de la dirección. Si hace pocos días señalaba en un durísimo artículo el camino de la puerta a unos críticos que, «profesionales del ruido», dijo, «se ahogan en su vanidad», ayer se reafirmaba en sus declaraciones y echaba más leña al fuego. Así, Balmón se mostró «harto de las lecciones» que, particularmente, la exconsejera Monserrat Tura da a la dirección del partido, y mantuvo que sí sobra gente en la formación, en alusión a los críticos. «Lo que sobra es gente de conductas poco respetuosas y responsables», señaló.

Balmón, en esta misma línea, negó que sus declaraciones sean un síntoma de que la dirección gestiona la crítica con autoritarismo, como aseguran los disidentes, y aseguró que el partido está unido y los díscolos son «una minoría sobredimensionada mediáticamente». En el seno del PSC hay un profundo malestar con el sector catalanista, al que acusan de ventilar a través de los medios unas discrepancias que luego no se trasladan a los órganos de dirección. Se apunta en este sentido la aprobación por unanimidad de la propuesta de reforma federal del PSOE por parte del PSC, algo que en su momento se interpretó como el inicio de la distensión entre ambos sectores. No fue así, como se ha podido ver. De igual forma, y entrando ya en terreno personal, se acusa a los críticos, en su momento pesos pesados del tripartito como Tura, Nadal o Geli, de ningunear a un Pere Navarro con escaso carisma.

Dalmau dice adiós

Si a través de Balmón la postura de la dirección ha quedado perfectamente fijada, entre los catalanistas la percepción es que el oficialismo busca su expulsión. Si ya en su momento los Maragall dejaron el partido, ayer se conocía la renuncia de otro histórico de la formación, Antoni Dalmau, que llegó a ser presidente de la Diputación de Barcelona. Dalmau, desde una posición soberanista, manifestó sentirse cada vez más «alejado» de la dirección de su partido. También distante de la dirección se manifestaba ayer el líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí, que demandaba en un artículo en «El Periódico» a Navarro y su equipo «más debate y pluralidad y menos autoritarismo». Martí, enfrentado a su partido por no apostar con más claridad por el soberanismo, reconoció pese a todo que no se ve fuera del PSC.

De manera preocupante para la dirección, el enfrentamiento con los críticos comienza a ir más allá de un goteo de artículos en la prensa. Así, el grupo de dirigentes y militantes que forman Agrupament Socialista se constituye hoy como corriente crítica interna, y lo harán desmarcándose de la dirección y expresando su «respeto» por la cadena humana de la Diada, señalaron a Ep fuentes del grupo, que integran, entre otros, la exconsejera Geli y el alcalde de Lérida, Àngel Ros. La otra corriente crítica del partido, Avancem, se ha posicionado en parecidos términios.

En este contexto de guerra abierta, en formaciones como CDC se frotan las manos . El líder de CiU en el Parlament, Jordi Turull, pedía ayer al PSC que «ponga orden» en sus disputas internas en torno al derecho a decidir porque, a su juicio, el proceso soberanista abierto en Cataluña «necesita» a los socialistas.

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La dirección del PSC se declara «harta» de su sector soberanista

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Crece la pugna entre «oficialistas» y críticos secesionistas y un histórico se da de baja