La Marca España recupera su imagen gracias al crecimiento y las reformas

España, según una encuesta hecha el pasado junio por Reputation Institute entre los países del G-8, ocupa el puesto 18 de 65 del ránking de reputación mundial, prácticamente al mismo nivel que Francia, que se sitúa solo un peldaño por encima. La mejoría de esa percepción se concentra además, según el informe, en los atributos más impactados por la crisis.

Así, el país avanza un 8,3% en el uso eficiente de los recursos públicos, hasta el puesto 18 de esa clasificación, y un 6,8% en cuanto a entorno económico, a la posición 25. Mejora un 6% en cuanto a entorno institucional y político, y alcanza la posición 19, y en tecnología e innovación (+5,8%) sube al 24.

Pero el entorno exterior presta también atención a la cultura española (+3,2%), ámbito en que España es la sexta nación de la tabla, o en ocio y entretenimiento, mejor posición del país al situarse en el cuarto puesto. Sin mebargo, cabe destacar que los encuestados eligen cada vez más a España como un país recomendable para invertir (+7,6%) y trabajar (+6,6%), y no solo como un destino de residencia o turístico.

La Marca España, institucionalizada por el Gobierno hace ahora dos años con la creación del Alto Comisionado para la Marca España, tiene una creciente repercusión en el mundo. En cuatro años, y según un barómetro del Real Instituto Elcano de mayo de este año, ha pasado de ser conocida por el 40% de los encuestados a que casi el 60% la reconozcan. Y el 45% tienen ya un opinión buena o muy buena de la misma.

Lo que se dice del país es precisamente otro síntoma de recuperación del prestigio perdido . De cada 100 informes de bancos de inversión, agencias de «rating» y servicios de estudios y artículos de prensa sobre España que se publicaron durante los seis últimos meses de 2012, 90 eran desfavorables, siete neutrales y únicamente tres transmitían confianza. Hoy esos porcentajes se han invertido. El 80% de lo escrito es positivo, el 12% neutral y solo el 8% son análisis negativos.

La intervención del BCE en 2012 mostrando su apoyo incondicional a los países en apuros fue decisiva para atajar los rumores sobre un rescate financiero total de España, lo que disparó la prima de riesgo a su máximo histórico, 637 puntos . Desde entonces se ha reducido hasta el entorno de los 150 puntos.

Esa recuperación de la confianza en España no está respaldada solo por ese apoyo del BCE, sino también, y sobre todo, por el programa de reformas desplegado por el Gobierno, que ha permitido corregir el desfase en las cuentas públicas y los desequilibrios macroeconómicos del país e iniciar una recuperación económica sólida, y por el esfuerzo colectivo de toda la sociedad.

Tras ventisiete meses en «números rojos», el PIB avanzó en el tercer trimestre de 2013 un tímido 0,1%. Poco a poco ese crecimiento, que puso fin en España a la segunda recesión de esta crisis, va cogiendo velocidad y se espera que haya cerrado junio con un avance del 0,5%. Por eso, organismo nacionales e internacionles, servicios de estudios y empresas han ido revisando al alza sus previsiones macroeconómicas.

Todo ello ha favorecido un crecimiento exponencial de la inversión foránea en España, como demuestra la llegada de inversores como Bill Gates y Georges Soros y todo el movimiento de fondos de inversión. Otro ejemplo es la confianza del resto de países en el buen hacer de las empresas nacionales. FCC y ACS, por ejemplo, se acaban de adjudicar las obras del Metro de Lima por 3.900 millones, contrato superior al del Canal de Panamá, que lleva a cabo la también española Sacyr.

Por eso una de las tareas pendientes que han evidenciado casos como los de Pescanova y Gowex es la de reforzar la supervisión y la regulación y mejorar el gobierno corporativo del tejido empresarial. Para que nada impida que la Marca España siga haciéndose fuerte más allá de nuestras fronteras.

La imagen institucional de España ha resistido en todo caso los azotes de la crisis. Frente a lo que ocurre en países como Italia, los extranjeros valoran la estabilidad institucional lograda por nuestro país. El último ejemplo fue la normalidad con que se produjo la abdicación del Don Juan Carlos y su relevo. Los encuentados por Elcano creen al respecto que la prioridad de la política exterior española debe ser el apoyo a las empresas españolas en el extranjero, mejorar la imagen del país fuera de España y extender la influencia de nuestra lengua y nuestra cultura.