La crisis del banco portugués Espírito Santo arrastra a los mercados europeos

La Bolsa de Lisboa se hundió (-4,18%) y la prima de riesgo lusa se disparó 23 puntos básicos, a 279, arrastrando al resto de plazas (ver gráfico). El Ibex 35, con todos sus valores en pérdidas, cayó un 1,98%, y el riesgo país subió nueve puntos, a 162. Tanto los bancos españoles, los más expuestos a la deuda pública lusa, como los de otros países europeos cerraron con severas caídas. Liberbank, que acabó bajando un 2,17% pero llegó a desplomarse un 9%, fue la entidad española más afectada por la lusa dada su participación en la misma, pues tiene el 0,93% de sus acciones, valoradas en 2,7 millones.

«El sector bancario europeo atraviesa una mala racha desde hace tiempo, motivada principalmente por una serie de noticias negativas que atañen a valores concretos, como el francés BNP Paribas, el alemán Commerzbank y el luso Espírito Santo», explica Daniel Pingarrón, experto de IG Markets. «Lo que está ocurriendo es un tema familiar y localizado que no debería afectar a todo el sector», añade Pablo del Barrio Quintana, de Inversis Banco.

Las sospechas sobre el holding empresarial y financiero de la familia Espírito Santo saltaron cuando en mayo una auditoría desveló irregularidades contables en una de sus filiales. A ello se suma la batalla entre los miembros de la familia Espírito Santo que, a través de la sociedad Espírito Santo Financial Group, controla el 25,1% del banco. Y ahí, en esa matriz, se sitúan los problemas financieros. Lo que se teme es que salpiquen al resto del grupo.

Por ello, el Banco de Portugal forzó una renovación en la cúpula, apartando de la dirección del banco a los Espírito Santo. Pero eso no aplacó las dudas sobre la posible insolvencia de parte del grupo -en concreto de Espírito Santo Internacional (ESI), donde se detectó la contabilidad irregular-, alimentadas ante la posibilidad de que prepara un canje de deuda por acciones.

El supervisor luso garantizó que la situación del BES es «sólida y ha sido reforzada significativamente con su reciente ampliación de capital» -su nivel de capital es del 9,6%, superior al mínimo exigido- y que ha tomado medidas «para evitar riesgos de contagio » al resto del holding». Además, el presidente de Banco Espíritu Santo Inversiones (BESI), José María Ricciardi, aseguró en un mensaje a sus colaboradores que «el BES no es responsable de las deudas de la familia Espírito Santo, que ya no controla el banco.

Aun así, en un mes sus acciones han perdido la mitad de su valor, hasta los 0,5 euros que marcaban ayer, cuando caían un 17,24%. En ese momento, la Comisión de Mercados de Valores Mobiliarios (CMVM) suspendió su cotización. Horas antes, la familia Espírito Santo ya había decidido suspender también la negociación de los títulos de su sociedad, informa Belén Rodrigo.

A la crisis del BES se suman los malos datos de producción industrial en países como Francia e Italia y cierta corrección de la euforia que venían viviendo los mercados en los últimos meses y que había hecho saltar las alarmas de una posible burbuja.