El dilema Rubiales: entregar la copa de LaLiga al Madrid o esquivar los pitos del Bernabéu

El primer dilema afecta al Real Madrid. Recoger la copa, ofrecerla a los aficionados, ducha y a casa, sin más, que en cuatro días el equipo se juega meterse en una final de Champions y hay que remontar el 4-3 del Etihad . O, levantar la copa, hacer una fiesta en el Santiago Bernabéu junto con los hinchas presentes, visitar después la fuente de Cibeles y empezar a generar y alimentar el clima místico que espera y desea el equipo y el cuerpo técnico el próximo miércoles en el estadio blanco.

Son dos opciones totalmente distintas, y de legítimo debate, pero el Madrid tiene muy claro que no piensa dejar de festejar un título que lo va a ganar por aplastamiento. Entiende que su gente se merece una buena celebración tras la Liga de hace dos años que la pandemia impidió disfrutar como se merecía, y si consigue abrochar el título el sábado, empatando o ganando al Espanyol , así será.

Paralelo a este plan del Madrid a los festejos, está el componente añadido de cierto morbo. Salvo cambio de opinión de última hora, que no lo parece, la Federación tiene pensado entregar la copa en el Santiago Bernabéu justo al acabar el partido, pero no está asegurado que lo vaya a hacer Rubiales: «Habrá reuniones de trabajo para tomar una decisión», aseguraron fuentes federativas a este periódico. No es un tema que inquiete al presidente, que no es de arrugarse y además sostiene que no ha hecho nada malo en ese contrato con Arabia ni en sus relaciones con Piqué . Pero sí genera dudas en su equipo de trabajo, para protegerle. Piensan que no sería lo más recomendable para su imagen,

El episodio de sus audios con Piqué ha provocado un gigante enfado entre la afición madridista y se teme que el presidente sea generosamente pitado en el Bernabéu. Si no va él a entregarla, lo haría Andreu Camps , el secretario general, pero eso tampoco evitará que haya música de viento. Quizás con menos decibelios, pero el Bernabéu mostraría igualmente su descontento hacia la Federación: «No es Rubiales de esconderse, pero no es un tema que nos tenga en vilo, sinceramente», comentan en el club blanco.

Uno de los afectados por los audios destapados ya comprobó cómo ha reaccionado alguna afición tras conocerse sus conversaciones con Rubiales. Ocurrió en el Real Sociedad-Barcelona, en el que cada vez que el central tocó el balón fue sonoramente silbado; también cuando fue sustituido. El temor de la RFEF es que a su presidente le pueda ocurrir lo mismo el sábado en el Bernabéu.