El CB Sevilla corta su racha de derrotas ganando al Lietuvos Rytas (88-82)

El partido, como anunció en las vísperas el técnico Javi Carrasco, que ejerce de entrenador interino mientras que el club nombra al sustituto definitivo del estadounidense Scott Roth, era una nueva oportunidad para el equipo hispalense de tomar confianza en su juego y ganar en moral y autoestima después de esas doce derrotas consecutivas -ocho en la Liga Endesa y cuatro en el torneo continental-.

Con la clasificación para la siguiente fase ya muy complicada antes de este choque -pleno de tres derrotas en su ecuador-, el Baloncesto Sevilla peleó por no quedar apeado ya matemáticamente y por demostrarle al equipo de Vilna que las diferencias no son tantas como se mostró la pasada semana en la capital lituana con el 100-78.

Pese a todo el Lietuvos Rytas mandó en el marcador desde el salto inicial y mostró mas poder en el ataque, sobre todo en el tiro exterior, y también en su poder en los rebotes (3-7, m.4). La virtud del equipo sevillano fue la de no dejarse aplastar por el rival en ningún momento del primer cuarto y cerrarlo con solo una desventaja de cuatro puntos (18-22).

En el segundo cuarto, la formación visitante, con la gran aportación como siempre de Martynas Gecevicius, llegó a poner una máxima ventaja de diez puntos (20-30, m.12), pero entonces los locales respondieron con las armas del rival, los lanzamientos exteriores y el buen trabajo del ala-pívot Kristaps Porzingis, para darle la vuelta al marcador por primera vez (40-38, m.19).

La remontada quedó ahí antes del descanso, al que se llegó con una mínima ventaja de los lituanos de dos puntos (42-44) y con la idea de que si el equipo español mantenía la concentración podría llevarse el partido.

El Baloncesto Sevilla, cuando apretó en la defensa y ello se unió a que los porcentajes en el tiro exterior del Lietuvos Rytas bajaron, llegó a mandar en el juego y en el marcador (55-52, m.25), pero al equipo hispalense le faltó continuidad e intensidad para poner ventajas más grandes cuando pudo hacerlo y de ello se aprovechó el adversario para recuperar la iniciativa (58-61, m.30).

Lo que sí quedó claro fue el que el partido no estaba decantado para ninguna parte y que podía ganarlo cualquiera y ese fue el Baloncesto Sevilla, que hizo un magnífico último cuarto de intensidad, fuerza y acierto en los momentos cruciales para desconcentrar al rival, al que llegó a poner con una desventaja de trece puntos (84-71, m.37) y que a la conclusión quedó en seis (88-82).

El único punto negro para los sevillanos fue la lesión de tobillo del alero Álex Urtasun, cuyo alcance se conocerá en las próximas horas.