Konoplyanka, anestésico para la subida de los abonos

En un país en que se han estado colocando bonos con rentabilidad negativa hasta hace dos días, en que apenas empieza a revitalizarse la actividad económica, con mucho empleo estacional o temporal y un brutal desempleo juvenil, subir los abonos en el porcentaje que se ha hecho resulta incomprensible. Que sí, que en los “Goles” son cincuenta euros, que prorrateados en los diez meses son 5 por mes. No es tanto el incremento como la sensación de abuso y oportunismo que se desprende de la exigencia al abonado de un esfuerzo económico al tiempo que el club ingresa cantidades ingentes de dinero (cierto que no se ve lo que gasta, ni bien ni mal) por diversos conceptos.

Nadie, salvo aquellos acostumbrados al gratis total que preconizan los piratas de internet, se hubiera opuesto a una subida moderada de los precios, a que afición y club compartieran (¿cuánto supondrá al Sevilla el incremento?¿el doble de lo que ha dejado el traspaso de Negredo al Valencia, por ejemplo?) el coste de hacer un Sevilla más grande. Acaso se esté a tiempo aún de ser generoso. Bastaría con meter algo más de contenido en los paquetes ofertados. Estírese, señor Castro, que usted puede.