Indultado por primera vez en la historia un novillo en Zaragoza
Jonathan Varea logra el hito en la Feria del Pilar con un bravo astado de Los Maños, de nombre «Quejoso»
ángel gonzález abad
El novillo «Quejoso», un precioso cárdeno de 501 kilos con la divisa verde y amarilla de la ganadería aragonesa de Los Maños, fue indultado por su bravura en la tercera de la Feria del Pilar.
El astado, ovacionado de salida, embistió siempre alegre, peleó con ... bravura en el caballo, se arrancó de lejos a los banderilleros y se empleó con casta, largura y temple en el último tercio. Es el primer astado indultado en el coso de la Misericordia en sus 250 años de historia. Un hecho histórico cuando mañana se cumple el aniversario de la inauguración de la plaza de Zaragoza.
Enfrente tuvo al novillero Varea, que desde que se abrió de capote estuvo a la altura de lo mucho que le exigía su enemigo. Toreó con empaque y relajo con la muleta en la derecha y al natural surgieron muletazos larguísimos, con el novillo siempre a más. Cuando montó la espada, la plaza saltó como un resorte pidiendo que no lo matara, y mientras el presidente valoraba la situación el chaval siguió toreando con exquisitas maneras. Hasta que asomó el pañuelo naranja, se perdonó la vida a «Quejoso» y Varea fue premiado con las dos orejas y el rabo simbólicos.
En la tercera de feria, con media entrada, se lidiaron novillos de Los Maños, bien presentados y buenos. El aragonés Miguel Cuartero fue silenciado en el primero y David Miranda dio una vuelta al ruedo tras lidiar al segundo.
En la segunda parte de la novillada también se vivieron buenos momentos. Al cuarto, Miguel Cuartero, lo toreó bien, sobre todo sobre la mano derecha en un trasteo intermitente, y David Miranda se prolongó en exceso con el quinto.
Ante el que cerró plaza, Varea volvió a lucir a gran altura. Reposado y templado, fiel a un concepto de mando y mano baja, se llevo una oreja de mucho peso para redondear una gran tarde.
Cuando se lo llevaban a hombros por la puerta grande junto al mayoral de la ganadería, José María Gallego, el ganadero, explicaba a ABC la emoción que sentía por el triunfo. «Una tarde inolvidable, un sueño, un día de los que hacen afición», decía con la voz entrecortada.
«Bonito», «Bonito I», «Joterito», «Robahierba» y «Tostadino» dejaron sus nombres ya para la historia de la plaza, junto a «Quejoso», que emprenderá camino de vuelta a la finca de Vistahermosa en las Altas Cinco Villas, en donde podrá seguir sembrando bravura con su sangre santacolomeña.
Indultado por primera vez en la historia un novillo en Zaragoza
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