Sinead O'Connor se retracta del anuncio de retirada que hizo tras tomar «unos whiskies»

«Que le den al retiro. No me retiro. He permitido temporalmente que unos cerdos con lápiz labial me jodieran la cabeza», ha tuiteado O'Connor', refiriéndose a los periodistas británicos a los que ha concedido sus entrevistas más recientes por la publicación de sus memorias. De hecho, subraya que los medios estadounidenses sí habían respetado las solicitudes, y sugirió que la BBC, una emisora canadiense y The Guardian «deberían hacer examen de conciencia, mirarse a sí mismos y aprender de esto para que ningún otro sobreviviente de un trauma violento sea tan maltratado como yo».

La intérprete de 'Nothing compares 2 U' asegura que «se pidió a todos los entrevistadores que por favor fueran sensibles y no preguntaran sobre el abuso infantil o profundizaran en cosas dolorosas sobre la salud mental, que serían traumatizantes para mí. Cada maldita vez que voy a sacar un disco durante estos treinta años, me tienen que decir '¿no estás loca? ¿eres estúpida? ¿eres inválida?'», lamenta la artista, que consideró «innecesario y doloroso» que la presentadora del programa 'Woman's Hour', Emma Barnett, repitiera una declaración hecha por Neil McCormick en el Telegraph, en la que llamaba a O'Connor «la mujer loca en el ático del pop», calificando la entrevista de «extremadamente ofensiva e incluso misógina», y pone ejemplos: «De todas las mierdas que podrían haberme preguntado, me interrogaron por la cuestión de haber tenido cuatro hijos con cuatro padres. Entonces Barnett se atrevió a sugerir: 'Oh, ¿no estamos mucho mejor ahora hablando de salud mental?'. No, cabrón. Porque si lo estuviéramos, no habrías arrastrado a la loca al del ático por el barro».

La cantante ha pedido perdón «por el susto» a sus fans , y ha explicado que se había sentido molesta por las preguntas sobre los capítulos de su libro en los que habla del abuso físico y psicológico. «Dije que me retiraba, como he dicho muchas veces antes en reacciones instintivas cuando era joven y era el blanco del abuso de los medios con el argumento de que soy legalmente vulnerable», continúa la explicación de la artista. «El error más grande (siempre me preguntan esto pero nunca respondo) que la gente tiene sobre 'Sinead O'Connor' es creer es una amazona. No lo soy. Soy una mujer de corazón blando de un metro 62 de altura, que en realidad es muy frágil. Pero amo mi trabajo. Hacer música, eso sí. No me gustan las consecuencias de ser una mujer talentosa (y franca) porque tengo que atravesar las paredes de los prejuicios todos los días para ganarme la vida. Pero nací para las presentaciones en vivo, y con el asombroso amor y apoyo que he recibido en los últimos días, que continuaré recibiendo de Rob Prinz y todos en ICM, así como de muchos mánagers, compradores de discos y fans, me siento segura al retractarme de mi expreso deseo de retirarme».

Según la cantante, sus «vulnerabilidades legales y agonías pasadas» fueron expuestas para el «entretenimiento lascivo y el pago de las hipotecas de algunos los hombres, quienes, gracias a Dios, nunca han sabido y nunca sabrán lo que es ser una mujer sobreviviente de un trauma en este mundo. Un mundo que afirma falsamente que cada día está menos envenenado por el estigma o la misoginia».

En sus memorias publicadas el 1 de junio, tituladas 'Rememberings' ('Recuerdos'), la irlandesa cuenta otro episodio de su vida que hasta ahora era desconocido: durante su primer embarazo un ejecutivo discográfico, y un médico contratado por éste, la animaron a abortar. En ese momento, O'Connor trabajaba para Ensign Records, una compañía discográfica ya desaparecida. Cuando quedó embarazada, el ejecutivo del sello Nigel Grainge le aconsejó que se hiciera un aborto, y O'Connor fue a ver a un médico que supuestamente le dijo que Grainge se había puesto en contacto con él, para pedirle que escribiese una advertencia sobre la continuación del embarazo. «Su compañía discográfica ha gastado 100.000 libras esterlinas grabando su álbum, así que les debes una. No tengas este bebé», le dijo el médico. «Además», cuenta ella, «me informó que si volaba mientras estaba embarazada, mi bebé sufriría daños. Y de todos modos, si iba a ser músico no debería tener bebés porque una mujer no debería dejar a su bebé para irse de gira, y al mismo tiempo un niño no puede salir de gira». A pesar de este chantaje, O'Connor no cedió a la presión y dio a luz a su primer hijo, Jake.