Cazatalentos, ellos saben dónde encontrar a los empleados estrella del país

El primer encargo que debe ejecutar un cazatalentos es identificar de forma adecuada qué es lo que busca la empresa que solicita sus servicios. Ignacio Bao, presidente de la compañía de «headhunters» Signium International España, cuenta a ABC que a partir de ahí se busca a los primeros candidatos potenciales . Para ello se utilizan bases de datos, se rastrean los puestos de la competencia y en la actualidad, se recurre a las redes sociales. «Además, hay ya creadas comunidades de profesionales, algo que pasa mucho en Estados Unidos», explica Bao.

A partir de ahí se realiza un filtro con requisitos determinados, como pueden ser el dominio de inglés, los años de experiencia o la disponibilidad para cambiar de residencia. Con este paso quedarían unos 60 candidatos listos para pasar al siguiente nivel. Es entonces cuando se procede a realizar una entrevista telefónica sin desvelar el nombre de la empresa que quiere contratar, según Bao, quien posee más de 18 años de experiencia trabajando de cazatalentos.

Tras este primer contacto se pasará a uno más profundo. Una reunión física durante dos horas en la que se «evalúan las motivaciones del candidato». Un procedimiento en el que quedan solo unas 15 personas.

Por último, los finalistas realizan una entrevista con la empresa seleccionadora. «En este punto los cazatalentos ayudamos en la decisión final de la empresa mediante la petición de referencias. Se comprueba que toda la información aportada es real y se investigan los primeros años de su experiencia y los dos últimos preguntando a jefes, subordinados y compañeros anteriores del posible contratado» relata Bao.

Una vez terminado el proceso, que dura unas cinco semanas, y si el fichaje se salda de forma exitosa, el cazatalentos tiene derecho a cobrar una comisión que equivale a un tercio de la retribución completa del alto directivo contratado.

Pero, ¿qué ocurre si el nuevo empleado no encaja? Margarita Torres, directora de GD Human Capital puntualiza que los clientes cuentan con hasta un año de garantía para decidir si están satisfechos con su nueva «estrella». Si no es así, la empresa de cazatalentos buscan a otra persona para reemplazarlo. En Estados Unidos van más allá. Si la equivocación se debe al «headhunter», se le pueden exigir responsabilidades pecuniarias.

Torres añade que con la eclosión de las redes sociales e internet el procedimiento ha propiciado cambios de calado. «Aparte de nuestra propia red de contactos contamos con redes sociales en las que incluimos Linkedin, Twitter e incluso el programa de reclutamiento de Facebook», afirma. La Red también es un instrumento fundamental a la hora de contactar con los candidatos. En GD Human Capital se han especializado en canales online para publicar ofertas y comunicarse con todo aquel susceptible de convertirse en futuro fichaje.

Empresas de todos los sectores recurren a esta técnica para captar a aquellos que ocuparán sus mejores puestos. Ignacio Bao cita algunas como españolas como BBVA, Santander, Danone, Osborne ... pero no da nombres de «cazados». «Hemos colocado a ministros e incluso a un expresidente del Gobierno, pero no voy a decir quiénes son. Forma parte de la confidencialidad de mi profesión», advierte.

Una profesión, que según el propio Bao, implica una responsabilidad social importante: «En nuestras manos está encontrar a las personas que dirigen las grandes empresas del país».