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ABC Cultural

Manoel de Oliveira y su antípoda, Harmony Korine

La película del portugués no se traga fácilmente, pero era el mejor antídoto después de ver la «modernuqui» del americano

Manoel de Oliveira y su antípoda, Harmony Korine efe

oti r. marchante

Si Harmony Korine ve la película de Manoel de Oliveira antes de hacer la suya, deja el cine y se dedica al paracaidismo o la fontanería. Y si Manoel de Oliveira tropieza con la de Harmony Korine, se cae redondo y ... lo que no han conseguido ciento cuatro años, uno detrás de otro, lo logra de un tajo el cine modernuqui del director americano. Lo de Korine, «Spring breakers» , es un no parar, mientras que lo de Oliveira, «O Gebo e a sombra» , es un no arrancar: el cineasta portugués se clava él y su cámara, no corta el plano ni para el turno de comer, sus actores van de corrido… No malgasta ni un euro ni un esfuerzo... A su edad, hacer una película ya es un milagro, y si encima está escrita con gusto y con sentido de su cultura y tiempo, pues dos milagros. Escoge una obra de Raul Brandao y cuenta una fábula de hijo pródigo, con la cámara absorta en el mismo plano sobre Michael Lonsdale, Claudia Cardinale, Jeanne Moreau y sus habituales Cintra, Leonor Silveira y Ricardo Trepa.

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