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Preguntas y respuestas sobre el embrollo legal de Julian Assange

Repasamos los principales interrogantes que despierta la larga y compleja saga diplomática y judicial en torno al ciber-activista australiano de 41 años

Preguntas y respuestas sobre el embrollo legal de Julian Assange reuters

borja bergareche

1. ¿Merece Julian Assange que se le reconozca el asilo político?

No parece que sus circunstancias justifiquen esa consideración. La figura del refugiado político está fuertemente regulada por el Derecho Internacional Humanitario, y se refiere a casos en que existen indicios de que un individuo puede ser perseguido en su país de origen por razón de sus opiniones, sus creencias religiosas, su orientación sexual o el color de su piel. Ecuador le ha concedido el llamado «asilo diplomático», una figura contemplada solo en el ámbito latinoamericano y no reconocida por muchos gobiernos, entre ellos el británico. Deriva de la Convención de Caracas de 1954 y contempla la protección consular a un individuo y la emisión de un salvoconducto por parte del Estado anfitrión.

En su justificación, el gobierno de Ecuador alude, en todo caso, a motivos por los que yradicionalmente se concede el asilo político clásico, incluidos el riesgo de «represalias que pueden poner en riesgo su [de Assange] seguridad, integridad, e incluso su vida» y porque «no es inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante» si fuera extraditado a Estados Unidos desde Suecia, según la declaración del ministerio de Exteriores de Ecuador [lee aquí el texto completo].

La organización Freedom House califica tanto a Suecia como a Reino Unido, Australia y aEstados Unidos como países «libres» en su mapa anual sobre libertad en el mundo, en el que Ecuador figura como «parcialmente libre». En cuanto a la hipótesis de posibles violaciones de derechos en EE.UU., no existen cargos contra Assange en ese país ni ha emitido ninguna demanda de extradición. El líder de Wikileaks merece, como cualquier individuo, todas las garantías de un juicio justo si prosperaran los cargos por cuatro delitos sexuales en Suecia y, según creen numerosos analistas, el amparo de la segunda enmienda de la Constitución de EE.UU. si se presentaran cargos allí por publicar material confidencial o violación de la seguridad nacional, aunque otras voces creen que merecería ser procesado.

2. ¿Puede impedir que sea extraditado a Suecia?

Parece poco probable. El gobierno británico no reconoce la concesión del «asilo diplomático» y considera que su finalidad «es la de impedir el cumplimiento de las decisiones judiciales». El Tribunal Superior de Londres validó en abril la entrega de Assange a las autoridades suecas, y el Tribunal Superior británico rechazó en junio reabrir el caso, por decisión unánime de sus siete magistrados. El mecanismo europeo de extradición es un sistema de mutuo reconocimiento de las decisiones judiciales entre Estados miembros de la UE muy consolidado, y el gobierno británico tiene la obligación legal de hacerlo cumplir.

La defensa de Assange podría todavía acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para recurrir la decisión de extraditarle. Ahora, con la concesión del asilo político, su abogado, el ex juez español Baltasar Garzón, ha anunciado que podrían acudir al Tribunal de Justicia Internacional de La Haya. Ninguno de esos dos recursos paralizaría, en todo caso, el procedimiento de entrega a las autoridades suecas. Pero, para eso, Scotland Yard debe capturar a Assange.

3. ¿Puede salir libremente ahora de la embajada de Ecuador de Londres?

No. En cuanto ponga un pie en la calle, le detendría la policía británica para ejecutar la orden de extradición, porque no reconocen su condición de refugiado. Algunos juegan estos días con la hipótesis de que pueda ser introducido en un vehículo diplomático para ser llevado a un avión, donde sería intocable por la inmunidad diplomática de ambos aparatos. Pero parece inevitable que tenga que pisar la acera. Más rocambolesco aún, otros recuerdan que en 1984 se intentó sacar de Reino Unido a un ciudadano nigeriano metido en una bolsa a modo de «valija diplomática». Estas son inviolables para el envío de documentos, no de cualquier cosa. La bolsa fue revisada por los agentes de aduanas y el nigeriano arrestado.

4. ¿Y no puede entrar la policía a detenerle?

No, porque las legaciones diplomáticas están protegidas por el Derecho Internacional y los agentes de la autoridad del país anfitrión solo pueden acceder con el permiso de la embajada o consulado. Es lo que se conoce como inmunidad diplomática. El Reino Unido amenazaba en una carta al gobierno ecuatoriano, desvelada el miércoles por Quito, con suspender esa inmunidad en aplicación de una poco conocida ley de 1987 (Diplomatic and Consular Premises Act), lo que daría pie a la entrada de la policía. El gobierno de Ecuador lo ha considerado una «amenaza», que parece haber sido el detonante del agramiento de la situación.

Muchos creen que el gobierno británico utilizó la referencia solo para presionar. La suspensión de la inmunidad diplomática no tiene precedentes y, aunque la aplicación de la ley de 1987 está sujeta a una decisión de un juez, su utilización pondría en peligro la inmunidad e integridad de las embajadas británicas en todo el mundo, además de abrir un peligroso precedente para anular una de las más viejas instituciones del Derecho Internacional Público.

5. ¿Por qué Ecuador?

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue uno de los entrevistados por Julian Assange en un programa de televisión de diez capítulos, llamado «El mundo mañana», que el líder de Wikileaks realiza para la cadena rusa en inglés, Russia Today. El primer invitado de Assange, que realizaba las entrevistas por videoconferencia desde su aresto domiciliario en Reino Unido, fue el líder del grupo libanés, Hezbolá, Hassan Nasralá . Parece que la posibilidad de que Ecuador apoyara a Assange se fraguó con aquella entrevista televisiva.

6. ¿Cómo empiezan los problemas legales de Assange?

En el verano de 2010. Tras la publicación de los «diarios afganos», Assange visitó Suecia en agosto de 2010, para participar en varias conferencias, invitado por algunos de sus seguidores. Allí mantuvo relaciones sexuales con dos mujeres suecas, Anna Ardin y Sofia Wilen. Ardin acompañó a Wilen a una comisaría de policía, donde esta última quería informarse sobre el riesgo de contacto de enfermedades de transmisión sexual después de haber practicado sexo sin preservativo con el australiano. Tras esa visita, la fiscalía de Estocolmo acabó abriendo diligencias contra Assange por dos presuntos delitos de acoso sexual y uno de coacción física contra Ardin y uno de violación contra Wilen. Según la acusación, Assange les habría forzado a mantener sexo sin preservativo en contra de su voluntad y, en el caso de Wilen, abusando de que estaba dormida, siempre según los textos de la acusación.

No están claras las circunstancias en que las dos mujeres se encuentran y ponen en común sus experiencias, ni por qué una visita informativa termina en una acción de la fiscalía. En cualquier caso, todavía no se han formalizado cargos en su contra. Las autoridades suecas solicitaron la extradición en noviembre de 2010 -ese mes Wikileaks publicó los cables del departamento de Estado de EE.UU.- para poder interrogar a Assange, que en diciembre de aquel año se entregó voluntariamente a la policía británica. Desde entonces, estaba en arresto domiciliario en Reino Unido hasta que, hace ahora dos meses, buscó refugio en la embajada de Ecuador en Londres.

7. ¿Hay alternativas a enviarle a Suecia?

Sí. El equipo que defiende a Assange ha propuesto que las autoridades suecas se personan en territorio británico para proceder al interrogatorio en Londres. Las autoridades suecas se niegan. Existe, técnicamente, la posibilidad de que el juicio se llevara a cabo en un país tercero, pero debe mediar siempre el consentimiento de Suecia, que no parece estar por la labor. Desde el punto de vista del proceso legal, Assange debería ser entregado a Suecia para ser interrogado y que la fiscalía decida, en su caso, si confirma los cargos contra él o no.

8. ¿Le persigue el gobierno de EE.UU.?

Judicialmente no. Muchos defensores de Assange y los amantes de las teorías de la conspiración están convencidos de que el proceso en Suecia no es más que una argucia para poder extraditar al líder de Wikileaks a EE.UU. Es verdad que muchas voces, incluida la del propio vicepresidente, Joe Biden –quien llamó a Assange «terrorista high-tech»–, han pedido que se le persiga. En abril de 2011 salió a la luz que se había constituido un gran jurado en Virginia, que debería decidir sobre si la Fiscalía tiene pruebas y motivos suficientes para iniciar acciones legales contra Assange. Las deliberaciones del gran jurado son secretas, pero no han emergido cargos contra el australiano.

Muchos expertos y defensores de la libertad de expresión da por hecho que el gobierno de EE.UU. ha estudiado las posibilidades de apliar la Ley de Espionaje de 1917 pero, en todo caso, por ahora no hay cargos en su contra ni, por tanto, solicitudes de extradición por parte de las autoridades estadounidenses.

9. ¿Qué implicaciones diplomáticas tiene el embrollo?

Muchas. La decisión de Ecuador de conceder el estatus de refugiado a Assange supone un dilema para el ministro de Exteriores británico, William Hague, que debe hacer cumplir la luz verde judicial a su extradición a Suecia pero sin generar un conflicto diplomático con Latinoamérica. Gran Bretaña realiza un gran esfuerzo por incrementar sus exportaciones e inversiones en América Latina, y preferirá sin duda un rápido retorno al diálogo discreto que mantenía con Quito desde hace semanas.

Este domingo, Unasur se reunirá en Ecuador para abordar el «caso Assange», y la diplomacia británica teme que países como Venezuela, Bolivia y, sobre todo, Argentina, quieren aprovecharlo para buscar el conflicto con Londres. «Ya no estamos en tiempos de la colonia», aseguró el ministro ecuatoriano de Exteriores al anunciar la decisión de conceder a Assange el asilo. La presidenta argentina, Cristina Fernández, estará muy tentada de dar una patada a las Malvinas en el trasero de Julian Assange.

10. ¿Cuánto puede durar la crisis?

Es imposible predecirlo. Este domingo, Assange hará unas declaraciones a las tres de la tarde (hora peninsular). Habrá que ver qué pasos toman él, Ecuador y el gobierno británico. Cada una de las partes implicadas tiene instrumentos legales que intentará activar o interpretar a su favor. Pero la crisis puede durar días, meses o, incluso, años, a la luz de antecedentes como el del sacerdote húngaro que estuvo en la embajada de EE.UU. en Budapest desde la revolución anticomunista de 1956 hasta 1971. En todo caso, cuanto más se alarga el embrollo judicial en torno a Assange, más maltrechas quedan las arcas del proyecto que fundó, Wikileaks, y más mermada la capacidad de actuación de una organización que tiene paralizado desde hace casi dos años el «buzón electrónico» seguro para transmisión de documentos comprometedores que le vio nacer.

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