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análisis

Una valija diplomática llamada Assange

La concesión del asilo diplomático puede alargar el «circo» durante meses, pero no garantiza que el fundador de Wikileaks logre sortear un consolidado sistema europeo de extradición

Una valija diplomática llamada Assange afp

borja bergareche

El australiano que soñaba con derribar gobiernos desde las trincheras de Internet seguirá cavando su propio agujero en el túnel del tiempo desde el sótano de una embajada latinoamericana en uno de los barrios más caros de la capital británica. La concesión del asilo ... diplomático por Ecuador no detendrá el reloj de su extradición a Suecia. Solo podrá superponer nuevas escenas diplomáticas y judiciales al largo teatro político con el que Julian Assange suple las menguadas facultades virales de su criatura, Wikileaks. Desde una ventana, seguirá viendo durante días, semanas, o meses, o incluso años, los movimientos migratorios de los opulentos residentes de Knightsbridge, provenientes a menudo de las monarquías árabes, que regresan ahora, tras la interrupción olímpica, a su verano londinense, para volver al calor del Golfo Pérsico en el invierno.

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