Dívar se enfrenta a su semana más difícil

El archivo de la querella contra el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por parte del Tribunal Supremo no ha apaciguado las aguas en el órgano de gobierno de los jueces. A la petición de dimisión que ya han pedido cinco vocales se pueden sumar en los próximos días otros tres , lo que hace prácticamente inviable la continuidad del presidente del Consejo, partido por la mitad. O ni eso, porque empieza a haber fisuras entre los vocales que mostraron un apoyo explícito a su presidente cuando salieron a la luz los viajes a Marbella que han dado origen a la querella ayer archivada. La próxima semana tendrá lugar un pleno extraordinario para tratar la situación del Consejo y en el que se planteará nuevamente la dimisión de Dívar.

A la presión interna en el CGPJ se suma también la de la carrera, que no proviene solo ya de la izquierda judicial. Si hace unos días la asociación que pedía con más fuerza la cabeza de Dívar era Jueces para la Democracia, ayer mismo la moderada Francisco de Vitoria reclamó la «inmediata» dimisión de Dívar porla situación de «descrédito y el creciente deterioro de la imagen institucional» del órgano de gobierno de los jueces.

En el Congreso, también el Partido Popular ha tomado una prudente distancia al autorizar que se levante el veto sobre la comparecencia de Dívar. Será la Comisión de Justicia la que decida hoy cuándo el presidente del Consejo tendrá que explicar la Memoria del Poder Judicial relativa a 2011. Todo parece indicar que esa comparecencia se celebrará en septiembre, mes en el que año tras año se hacen públicos sus datos.