McEnroe: «Solo nos preocupa no defraudarnos a nosotros mismos»

-¿Qué tal la grabación en los estudios sevillanos de La Mina? ¿Alguna razón especial para elegir este lugar?

-La grabación fue un placer. Queríamos poder aislarnos durante una semana para no despistarnos. La Mina, además de reunir todos los requisitos acomodaticios , ciudad lejana, casa aislada, piscina, etcétera, lo dirige Raúl [Pérez] y de él no habíamos escuchado más que todas las cosas buenas que después hemos podido disfrutar. Ha sido todo un acierto en el plano musical y más aún en el personal. Es un recuerdo para toda la vida.

-Vuestras canciones poseen unos arreglos delicados. ¿Os cuesta encontrar esa atmósfera especial, melancólica, para cada tema?

-No. Las canciones se van vistiendo poco a poco y no tardan mucho en encontrar su traje. Conocer y grabar con Abel [Hernández, de Migala y El Hijo, productor de su anterior CD] fue importantísimo para intentar y atrevernos a más cosas. El proceso tiene mucho de instintivo y natural.

-El disco parece un álbum que en lugar de fotos contiene sentimientos, asociados a recuerdos. ¿Es así como componéis las canciones?

-En este disco estan muy presentes los recuerdos de cosas pequeñas que se han quedado para siempre. Hemos querido poner música y letra a momentos que nos hacen sentir bien o sentir directamente. En este disco hemos participado todos en todo más que nunca.

-¿Qué ha aportado a vuestro sonido la última incorporación, el músico francés Olivier Arson?

-Al sonido nos ha aportado nuevos caminos y ambientes que nos gustan y nos enriquecen. Nos ha aportado también cierta disciplina así como nosotros a él cierta anarquía. En lo personal infinidad de cosas.

-La respuesta de la crítica a cada uno de vuestros trabajos ha sido buena. ¿Ha existido cierta preocupación por no defraudar con «Las orillas»?

-Había ganas de hacer algo bonito. Teníamos ganas de hacer algo muy nuestro y el único temor era el de no ponerlo todo o quedarnos con rabia de haber dejado de hacer cosas. Estamos muy contentos con el disco y hemos disfrutado muchísimo del proceso. Nunca nos hemos preocupado por defraudar a nadie excepto a nosotros mismos.

-Por cierto, «Las orillas» es un título bastante poético o evocador . ¿Le dais algún significado concreto?

-«Las orillas» es el lugar, persona, cosa o recuerdo al que siempre llegamos, o de donde salimos, que no hay que perder de vista y donde te sientes a salvo. Ese es el significado que le damos nosotros.

-Es vuestro cuarto álbum. ¿Ha sido duro el camino hasta llegar aquí?

-No, ha sido un placer. Nos encanta tocar, hacer canciones y estar juntos. Todo lo que hemos vivido ha sido bueno y estamos muy orgullosos y contentos de lo que hemos hecho, de la gente que hemos conocido y las experiencias que hemos vivido.

-¿Resulta a veces complicado llevar vuestro pop tranquilo a ciertos auditorios? Por el ruido, más que nada...

-Es dificil de entender que la gente vaya a los conciertos a hablar y no a escuchar. Si algo no te gusta tiene más sentido irte, y si lo que te apetece es hablar, es mucho más cómodo hacerlo donde no haya un grupo tocando alto. Nos gusta sentir que a quien nos está escuchando le interesa lo que hacemos. Puede gustarle o no, pero que al menos le interesa, aunque solo sean dos. Mejor tocar ante dos personas interesadas que ante doscientas que están a otra cosa. Uno de nuestros mejores recuerdos fue en Vigo: tocamos ante diez personas que vinieron a escucharnos y fue un placer.