McEnroe publica «Las orillas», otra jugada maestra del pop español

Un nombre que suena a una zurda de oro y a un juego tan vistoso como contudente. Y sí, estos chavales de Guecho tienen algo de aquel mito del tenis mundial. Su especialidad son las dejadas, sí, dejarte cortado el aliento con sus canciones . Y tampoco se les da mal el pase en largo, esas melodías, esa voz evocadora, que te dejan en blanco.

Ya llevan varios año ofreciendo magníficos sets de canciones en títulos como «Mundo marino», «Tú nunca morirás», pero ahora llegan al match-ball, a la pelota de partido con su nuevo álbum, «Las orillas» , que se edita este martes 21.

El ensamblaje popero que nos ofrecen se construye, muy probablemente con ecos de grupos como los Cure, quizá los Smiths, tal vez Echo and The Bunnymen . Pero yendo al grano, hay que asegurar desde este preciso momento que estamos ante uno de los grandes títulos de la temporada.

Los McEnroe son un grupo elegantísimo, sutil, personalísimo, cuyas canciones son como plantas trepadoras, como enredaderas que te van envolviendo, que te van apresando sin estruendos, sin excesos, sino mezclando los ingredientes con tanta inteligencia como sensibilidad.

Quizá para algunos sea un pop excesivamente minimalista, pero no por llorar más fuerte y en más cantidad se conmueve más intensamente un corazón . Hay algo angelical en su música, y también algo misterioso, brumoso, como pasear bajo el sirimiri. Es un grupo con don, y cuando los escuchas (con detalle, con tranquilidad, muy cómodamente en el sofá de casa por ejemplo) siempre parece que te encuentras ante algo nuevo, desconocido, que solo ellos pueden desvelarte.

Son unos tipos que elevan la melancolía a la categoría de arte . El pop siempre tiene que ser una sorpresa. Y las canciones de McEnroe no son una sorpresa, son el bazar de las sorpresas .