El futuro de Camps se dibuja lejos de la Comunidad Valenciana
Fabra y el PPCV esperan que Rajoy ofrezca una salida «digna» al ex presidente
I. BLASCO
Las consecuencias reales de la absolución de Francisco Camps en el PP de la Comunidad Valenciana prometen ser menos traumáticas para el proyecto político representado hoy en la figura de Alberto Fabra que las múltiples especulaciones realizadas en este sentido cuando el veredicto de inocencia ... para el ex presidente de la Generalitat solo era una posibilidad. Desde que, el pasado 12 de diciembre, arrancara el juicio con jurado que ayer desembocó en la exoneración penal de Camps , el PPCV ha venido siendo un nido de especulaciones en torno a cómo reaccionaría alguien que, tras dimitir dos meses después de haber obtenido una incontestable mayoría absoluta, ha quedado penalmente rehabilitado, pero también marcado en lo político por tres años de «juicios sumarísimos y paralelos», en palabras de la propia secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.
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Pese a que no hay duda de que «la llave» del futuro de Camps la tiene Génova, los dirigentes valencianos del PP consultados coinciden en dos consideraciones básicas: primera, que el ex jefe del Consell está en disposición de pedir a Rajoy una restitución pública digna ; segunda, que no hará nada que perturbe la estabilidad del partido o del propio Gobierno regional.
Sin billete de vuelta
La absolución de Camps irrumpe en un escenario de renovación profunda en el PP valenciano, con un calendario congresual fijado, en el que referentes «clásicos» no han ocultado su discrepancia con algunas decisiones del nuevo presidente impelidas por un mandato expreso de la dirección nacional y, sobre todo, por la necesidad de restituir la imagen de una comunidad autónoma expuesta sin miramientos a los focos de la corrupción y de las urgencias económicas.
Fabra, que bastante tiene con «salvar bolas de partido» cada día, siempre ha expresado —también en privado— el deseo de que Camps saliera absuelto. Pero en su análisis tampoco ha faltado el realismo que supone razonar que en la política no hay billete de vuelta, no al menos en un ámbito autonómico. Tampoco para Camps, porque la hoja de ruta diseñada por Génova es clara en cuanto a quién corresponde ahora el liderazgo: a Fabra .
Las teorías sobre un destino que acomode al ex presidente valenciano, que pese a todo continúa siendo «Molt Honorable», son asimismo incontables: una embajada (Buenos Aires, la Santa Sede...), una responsabilidad en Europa o un alto cargo en una empresa pública. Hay un nexo común en esas hipótesis: todas tiene lugar fuera de la Comunidad Valenciana.
La previsión para los próximos días es que «habrá vindicaciones, homenajes y episodios efímeros fruto de la emotividad inicial, pero nadie en Valencia espera que Camps se deje llevar por la euforia». En este sentido, quienes lo conocen como político descartan absolutamente que nos encontremos «con un Álvarez-Cascos en la Comunidad Valenciana: quiere demasiado al PP».
Además, la espinosa rama del «caso Gürtel» vinculada a la presunta financiación ilegal del PPCV —en la que Camps no está imputado— constituye un argumento más para avalar la teoría de que la renovación en Valencia es imparable.
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