Un siglo de movimiento Scout

Más de 30.000 personas pertenecen en España a este movimiento. Ayer unas cuarenta ciudades celebraban la efeméride con orgullo y convencidos de que «el mundo necesita scouts, y muchos», dictaba el manifiesto leido en la nueva plaza Baden Powell de Valladolid, ciudad en la que se registró uno de los primeros pasos del escultismo en España al inicio del siglo XX. Y aunque hubo épocas difíciles en las que su actividad estaba prohibida—en el Franquismo—, han llegado hasta nuestros días con la firme intención de «dejar el mundo mejor de como lo encontramos», a través de una educación solidaria y responsable que fomenta que desde pequeños sus integrantes se «impliquen», y más en tiempos de crisis en los que los chavales participan en proyectos para ayudar de los más desfavorecidos.

«¿Quién desde el mundo de los adultos no sueña con día a día con una juventud en la que imperen los valores y la esperanza que ellos encarnan?», se preguntó ayer el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, en la inauguración de la plaza Baden Powell en la que se ha ubicado un monolito en el que está tallado el símbolo mundial de los Scout, la flor de lis. El regidor, que no se fue del lugar sin un pañuelo del movimiento y que botó por petición popular con todos los asistentes tras el descubrimiento de este monumento —obra de Lorenzo Duque—, hizo hincapié en que si en algún momento de la historia contemporánea la «acción Scout ha sido necesaria como marco de referencia, es ahora, porque la educación en valores es una necesidad inaplazable, urgente e insustituible».