El Rey volvió a crecerse en la dificultad
El Monarca presentó un buen tono vital y salió reforzado de uno de los problemas más graves de su Reinado
ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS
Una vez más, el Rey demostró la pasada Nochebuena que se crece ante las situaciones difíciles y, a juzgar por las opiniones que ha suscitado su Mensaje de Navidad, podría dar la impresión de que lo que algunos ya empezaban a calificar de «annus horribilis» ... de Don Juan Carlos se ha convertido en una nueva prueba de la que sale reforzado. El Rey volvió a dejar claro que, como en todas las decisiones difíciles que ha tenido que tomar a lo largo de su vida, han prevalecido los intereses generales por encima de los personales. «La Justicia es igual para todos», afirmó.
Desde hacía más de un mes, millones de españoles miraban al Palacio de La Zarzuela a la espera de algún gesto sobre Iñaki Urdangarín, convertido en el primer miembro de la Familia Real española investigado bajo la sospecha de corrupción y que podría ser imputado de forma inminente. La respuesta llegó la pasada Nochebuena con toda contundencia: «Cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley».
A la firmeza de sus palabras —suficientemente claras como para que todo el mundo supiera a quién se refería sin necesidad de citarle expresamente— se sumó el buen tono vital que mostró Don Juan Carlos, «felizmente recuperado» ya de las operaciones a las que se sometió. También, el énfasis especial que puso en los mensajes más importantes de su discurso que los acompañó con gestos con las manos en los momentos oportunos.
Sin los Duques de Palma
Don Juan Carlos eligió el Mensaje de Navidad para pronunciarse por primera vez en público sobre este delicado asunto, porque este discurso es el que goza de mayor difusión de cuantos pronuncia a lo largo del año y, también, el que llega de forma más directa a los españoles, sin intermediarios y sin riesgo de interpretaciones. En consecuencia con las palabras del Rey, por primera vez desde que se casaron, los Duques de Palma no pasaron la Nochebuena junto al resto de la Familia Real en el Palacio de La Zarzuela.
Al margen de lo que determinen los estudios de las audiencias de las televisiones, que se harán públicos hoy, este Mensaje de Navidad es el que mayor expectación ha despertado en los últimos años. En cuanto a interés informativo, el «minuto de oro» transcurrió a mitad del discurso, que fue un poco más largo de lo habitual, pues duró trece minutos. Las referencias al comportamiento de Iñaki Urdangarín transcurrieron entre el minuto siete y el ocho y fueron acompañadas de un cambio de plano y de varios gestos expresivos por parte de Don Juan Carlos. Además de un buen tono vital y una mayor expresividad, en las imágenes emitidas por televisión apenas eran perceptibles los signos del hematoma que el Rey sufrió hace casi un mes al golpearse el rostro con una puerta.
También ha sido mejor la iluminación del Salón de Audiencias de La Zarzuela, en el que no faltaron la bandera de España, el tradicional nacimiento y el árbol de Navidad, pero decorado en esta ocasión con tonos grises, frente al rojo del año anterior. Asimismo, por primera vez el mensaje del Rey fue traducido por televisión al lenguaje de signos, en atención a una petición que dirigió la Confederación Estatal de Personas Sordas a La Zarzuela.
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