Muere la niña china atropellada e ignorada por los viandantes

Este caso ha horrorizado a la sociedad china y escandalizado al mundo tras la difusión de un vídeo grabado por las cámaras de vigilancia, que mostraba el accidente y a una docena de personas pasando durante siete minutos al lado de la pequeña sin que ninguno de ellos la socorriera. Mientras la herida se desangraba sobre el asfalto, algunos la ignoraban totalmente como si no existiera, pero otros incluso frenaban con sus motos o miraban alrededor de ella con curiosidad morbosa antes de proseguir su marcha.

Finalmente, sólo una mujer de 58 años, que según algunos medios chinos se llama Chen Xianmei y se dedica a recoger basura por las calles, acudió en su auxilio y llamó a gritos a la madre, que trabajaba en una tienda cercana. Desde que el siniestro ocurrió el pasado jueves, día 13, en la ciudad sureña de Foshan, la niña permanecía en coma en la UCI del Hospital General Militar de Cantón (Guangzhou), donde una enfermera confirmó a la agencia AP su muerte. “Sus heridas eran tan graves que el tratamiento no ha tenido efecto”, explicó a los periodistas el director de la UCI, Su Lei.

La Policía ya ha detenido a los conductores del camión y la furgoneta que arrollaron a la pequeña, cuyo auténtico nombre es Wang Yue. Pero su huida y el inhumano comportamiento de los viandantes han sacudido la conciencia de los chinos, que han criticado en internet la falta de valores morales que sufre una sociedad cada vez más prospera y desarrollada, pero también más materialista y egoísta.

“¿Cómo es posible que un puñado de ciudadanos corrientes sean tan insensibles como para no ayudar a una niña malherida en plena calle?”, se preguntan los usuarios de populares foros sociales como Weibo. Entre las respuestas, algunos comentarios recuerdan los casos de víctimas de atropellos y accidentes que han terminado demandando a quienes precisamente acudieron en su auxilio . Para evitarse problemas con la justicia o incluso pagar una cuantiosa indemnización que, seguramente, no podrían alcanzar con sus humildes sueldos, los testigos que presencian siniestros de tráfico suelen volver la vista y no verse involucrados aunque un inocente muera sobre el asfalto. Como la pequeña Yue Yue.