Maria Teresa Palacio: «La crisis en Florida expulsa a los inmigrantes al bosque»
Bibliotecaria de servicios especiales en Florida (EE.UU.)
VIRGINIA RÓDENAS
- Dirige servicios especiales del sistema bibliotecario, en Florida. ¿Su operación más arriesgada?
-La más satisfactoria: el bibliobús con el que llegamos a veinte comunidades de inmigrantes del condado de Lee con libros en español, otros para que aprendan inglés y en ambos idiomas ... para sus hijos. Malviven en caravanas donde se hacinan familias enteras, y algunos que se han podido elevar con la cosecha no quieren abandonar esas cajas con ruedas porque rodeados de gente como ellos se sienten seguros. La biblioteca móvil es la manera más efectiva de ayudar al inmigrante donde vive, aterrado porque no tiene papeles. Florida, se lo aseguro, no es ningún paraíso.
- Borges pensaba que el paraíso sería una biblioteca. Para «sus» sin papeles, ¿biblioteca es libertad?
-Totalmente. Me preguntan si necesitan documentos para entrar, pero les basta demostrar que viven o trabajan en el condado. Son muy buenos usuarios, devuelven las cosas a tiempo, si se les daña algo se ponen nerviosos, son muy responsables y agradecidos; por eso les digo que también es de ellos, porque aunque no paguen impuestos directos sí pagan un alquiler, y su casero paga. No me creen, y les insisto porque les da autoestima, les hace sentir importantes.
-En la escala de miseria, ¿el último inmigrante?
-El de Centroamérica, el de México... Hacen los trabajos más indignos y penosos, que ni los americanos quieren hacer en el campo bajo un calor sofocante. Están en más desventaja, y además seguramente sin posibilidad de tener documentos legales. No hay futuro para ellos, a menos que se produzca una reforma legal federal comprensiva, ni tampoco para sus hijos nacidos en EE.UU. si no se les tiende la mano.
-¿Más carne para la trituradora de la crisis?
-Les ha cogido de lleno. Muchos, ya sin trabajo ni en el campo, se refugian en el bosque donde viven por el día, para salir de noche a dormir bajo las casas móviles de los otros, que viven con temor lo que sucede.
-¿Y qué puede hacer una biblioteca por ellos?
-Las bibliotecas americanas son centro de información y punto de encuentro. Se les da acceso a todo tipo de información en su idioma, a ordenadores e internet, a clases de inglés, a ocio para ellos y sus familias, a libros que les ayudan con el idioma y también con los que mantener el contacto con la literatura.
-¿Su primera recomendación?
-Si buscan algo para aprender inglés, «El inglés sin barreras», un programa en DVD; y si quieren literatura y no tienen ningún autor favorito, les recomendaría algo sobre García Márquez o Isabel Allende.
-Tiene dicho el Nobel colombiano que el mundo habrá acabado «de joderse» cuando el hombre viaje en primera, y la literatura, en el vagón de carga.
-Yo lo veo. Y veo cómo se esfuerzan algunos inmigrantes por sacar tiempo para estar al día con las letras en español, porque son fuente de conocimiento.
-Hablaba del incierto fin del hijo del «sin papeles».
-Al adolescente que llega le hablo de becas para hispanos, para los que son la primera generación que irá a la Universidad, y que no piense que no habrá algo para él. Pero en EE.UU. los indocumentados pueden estudiar hasta Secundaria, pero no califican para obtener préstamos del Gobierno federal y muchos alumnos brillantes se quedan fuera. Es horrible.
-¿Y cuál es su destino?
-No se sabe. El presidente Obama luchó con otros congresistas para aprobar el Dream Act, siempre que hayan llegado antes de los 16 años, presten el servicio militar o estudien al menos dos años, y de ahí obtener becas y residencia; pero la gente está en contra porque piensa que es dar un cheque gratis a todos.
-Cuente una historia con final feliz.
-Conocí a una brillante estudiante colombiana cuyos documentos estaban en proceso, pero no tenía residencia permanente, así que le denegaron la ayuda, optó a muchas becas, no se dio por vencida, se alió con la Cámara de Comercio Hispana, removió todo y logró el dinero para estudiar. Hoy trabaja en la Universidad y ayuda desde ahí a otros inmigrantes.
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