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De Chernóbil a Japón: Secuelas de una catástrofe atómica

Especialistas rusos están preocupados por que se funda el núcleo de uno o de los dos reactores de la central japonesa de Fukushima y reviente la carcasa, liberándose una cantidad considerable de material radiactivo

De Chernóbil a Japón: Secuelas de una catástrofe atómica ABC

rafael m. mañueco

Las informaciones de las que este domingo disponía la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) aseguraban que el núcleo del reactor 1 de la central nuclear de Fukushima se había fundido parcialmente y el reactor 3 , de un total de seis, llevaba el mismo camino. Hay, además, otras tres centrales con problemas. Las averías se deben a la parada del mecanismo de refrigeración como consecuencia del corte eléctrico provocado por el terremoto.

El sábado se produjo ya una explosión en el reactor 1 de Fukushima, con escape de vapor contaminado, y este domingo se estudiaba provocar una fuga controlada en su reactor 3 para aliviar la presión dentro del reactor. Pero lo que preocupa a los especialistas rusos es que se funda completamente el núcleo de uno o de los dos reactores y reviente la carcasa, lo que liberaría a la atmósfera una cantidad considerable de material radiactivo.

En el caso de la central ucraniana de Chernóbil, la explosión acaecida el 26 de abril de 1986 en su reactor número 4 dejó escapar 50 toneladas de isótopos de uranio, plutonio, cesio, estroncio, yodo y americio, algunos con una vida media de decenas de miles de años. Se tardaron diez días en taponar la fuga.

La superficie contaminada es actualmente de unos 150.000 kilómetros cuadrados, la mitad de Italia, y continuará en ese estado durante mucho tiempo. La cantidad de radiactividad liberada fue equivalente a 500 bombas atómicas como la de Hiroshima . El resultado es que sigue vigente un área de exclusión de un radio de 30 kilómetros alrededor de Chernóbil, en donde no vive nadie salvo unos pocos ancianos. Esa «zona muerta» incluye la ciudad de Prípiats, completamente abandonada y en donde llegaron a vivir 50.000 personas. Allí residían los trabajadores de la central y hoy ofrece un aspecto fantasmal.

Falló también el sistema de refrigeración , aunque el corte eléctrico fue consecuencia de un experimento deliberado para comprobar si con solo el generador de emergencia la central podría funcionar. Se trataba así de determinar qué pasaría en caso de una guerra o una catástrofe natural y lo que pasó es que se perdió el control de la reacción en cadena .

El académico ruso, Evgueni Vélijov , presidente del centro de energía nuclear Kurchátov de Moscú y uno de los responsables que dirigieron los equipos encargados de detener la fuga de Chernóbil, desdramatiza lo que está sucediendo en Japón y cree que no se repetirá algo tan terrible como el accidente de la central ucraniana.

En declaraciones a la agencia rusa Itar-Tass, Vélijov sostiene que los reactores de las centrales japonesas no tienen nada que ver con los de Chernóbil y el contenido que escupirían a la atmósfera, en caso de que se funda el núcleo del reactor, no sería tan letal. Sin embargo, a juicio del jefe del Servicio Sanitario ruso, Guennadi Oníshenko, «existe preocupación» en los territorios del país cercanos a Japón , en la islas de Sajalín y en las Kuriles. Y eso pese a estar relativamente lejos de las centrales niponas afectadas.

Poblaciones fantasmas

De momento, algo que los japoneses llevan ganado en comparación con los habitantes de las localidades cercanas a central ucraniana es que la evacuación ya se ha llevado a cabo. De Chernóbil fueron evacuadas 116.000 habitantes , pero al día siguiente de la catástrofe, cuando la radiación ya se había metido en sus casas. Más tarde abandonarían la zona otros 230.000 . Nadie, salvo contadas personas de avanzada edad, ha recibido permiso para volver a establecerse definitivamente en los territorios contaminados. Las viviendas de Prípiats están todavía llenas de muebles y enseres que sus dueños siguen sin poder recuperar. Lo mismo sucedería en Japón si las cosas se desarrollasen según el peor de los escenarios.

En la URSS, sin embargo, hubo serios problemas para encontrar acomodo a los evacuados de Chernóbil y muchos de ellos estuvieron durante años sin casa ni trabajo , algo que probablemente no suceda en el caso nipón. En cuanto a los problemas de índole sanitaria, 25 años después del accidente de Chernóbil sigue sin saberse con exactitud cuáles fueron sus auténticas secuelas. En la comunidad científica no hay unanimidad. Las cifras de muertos oscilan entre algo más de medio centenar hasta los 200.000 que declara Greenpeace.

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