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La «Caja B» del Gobierno andaluz

Esta forma de gobernar es inaceptable. Sus rasgos caciquiles explican la voluntad de cambio político que expresan los andaluces en las encuestas

Las declaraciones del ex director general de Trabajo de la Junta de Andalucía Francisco Javier Guerrero han dado un vuelco a las investigaciones judiciales sobre la trama de corrupción en Mercasevilla, al poner al descubierto un plan de financiación ilegal de empresas con dinero público. ... De este modo se costearon, por ejemplo, los expedientes de regulación de empleo de Mercasevilla en 2003 y 2007. La cifra de lo que el propio Guerrero calificó ante la Policía como «fondo de reptiles» puede alcanzar los 648 millones de euros. El procedimiento para obtener estos fondos consistía en transferir dinero desde la tesorería de la Junta de Andalucía al antiguo Instituto de Fomento de Andalucía y de esta a las empresas en crisis. De esta manera, las disposiciones de estos fondos escapaban al control administrativo que se habrían aplicado si las ayudas hubieran sido decididas por el gobierno autonómico. Así se lograba que los acuerdos tomados sobre estas cantidades quedaran fuera de la tramitación legalmente prevista para las subvenciones y las ayudas públicas. Los socialistas andaluces no podrán imputar esta revelación, hecha por una fuente fiable, a una conspiración del PP. Es otra grieta que se abre en el régimen de lealtades compradas y servidumbres tejido tenazmente por el Gobierno andaluz en treinta años de hegemonía indiscutida. Este entramado de financiación ilegal es el complemento perfecto de esa estructura de sociedades públicas montada por el socialismo andaluz como una auténtica administración paralela y opaca, exenta de control y utilizada como cobijo laboral de amigos y afiliados.

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