Los impuestos acaparan más de la mitad del precio de tabaco y gasolina
En el recibo de la luz, cuyo incremento del 10% repercutirá en el IPC de enero, por cada euro que pagamos, 19 céntimos son impuestos
JAVIER GONZÁLEZ NAVARRO
El nuevo año ha empezado con importantes subidas de precios, como la de la tarifa de la luz , de casi el 10%, con las gasolinas y el gasóleo muy cerca de sus precios máximos, el encarecimiento del gas natural ... en un 4% y con un nuevo incremento del precio de la bombona de butano (hasta los 13,19 euros). En la mayoría de los casos, el Estado obtiene jugosos ingresos a través de los impuestos. Así sucede con el consumo de bienes tan esenciales en nuestra sociedad como la gasolina y el tabaco, culpables, además, del rally experimentado por el IPC en diciembre. De cada dos euros que pagamos por las gasolinas y el tabaco, más de la mitad (1,22 euros) van a parar a las arcas del Estado y las autonomías.
Gasolina y tabaco son culpables del rally del IPC en diciembre
En el caso de los carburantes, el precio que pagamos por ellos incluye tres impuestos: el especial sobre hidrocarburos , que es una cantidad fija (4 céntimos de euro por litro para la gasolina de 95 octanos y de 3 céntimos para el gasóleo) que fija el Gobierno habitualmente desde el 1 de enero y que es uniforme para todo el país; el IVA , que subió al 18% el pasado 1 de julio; y el impuesto de venta minorista de determinados hidrocarburos (Ivmdh) , que tiene una parte estatal y otra autonómica. De momento, son seis las comunidades que aplican este tramo: Asturias, Cataluña, Castilla-La Mancha y Galicia (0,048 euros por litro), Madrid (0,041) y Comunidad Valenciana (0,036).
«Céntimo sanitario»
Este impuesto nació en 2001 y es conocido como el «céntimo sanitario» porque sus impulsores anunciaron que el dinero recaudado iría a sufragar los gastos de la sanidad pública. Sin embargo, el año pasado la Comisión Europea dictaminó que el Ivmdh no es compatible con las directivas de la UE por no estar armonizado a nivel de la Eurozona. De hecho, nuestro país es el único que lo aplica.
Es con el tabaco con lo que el Estado se lleva la mayor tajada
No obstante, es con el tabaco con el que el Estado se lleva la mayor tajada, ya que por cada euro que se gasta un fumador, 76 céntimos son impuestos. De una cajetilla de cigarrillos que cuesta 3,90 euros, los distintos impuestos suman 2,96 euros, mientras que el coste del producto al salir de fábrica es de 0,60 euros y la comisión minorista de 0,33 euros.
Este porcentaje subió hace justo un mes, cuando el Gobierno decidió elevar los impuestos al tabaco en un 24% para incrementar los ingresos de las deterioradas cuentas públicas. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, dijo que el Gobierno espera recaudar 780 millones de euros más por este incremento impositivo.
Lógicamente, la subida de los impuestos ha sido repercutida prácticamente en su totalidad en el precio de venta al público de estos productos. Así, la cajetilla de Marlboro ha pasado de 3,85 euros a 4,11 y el Fortuna ha subido 15 céntimos, hasta los 3,65 euros.
Se dispara el IPC
A pesar de ello, Salgado insistió en que el tabaco sigue siendo en nuestro país más barato que, por ejemplo, en Reino Unido, Francia y Alemania. El problema es que ese incremento ha sido determinante para que el IPC armonizado de diciembre se disparara hasta el 2,9%.
En 2009 el Estado ingresó 9.290 millones de euros por el tabaco
Cabe recordar que en 2009, el Estado ingresó 9.290 millones de euros por el tabaco , de los que 7.675 millones correspondieron al impuesto especial y 1.615 millones al IVA. Sin embargo, el recibo de la luz —cuya subida se reflejará en el IPC de enero— es seguramente el más llamativo, tanto por los costes del suministro eléctrico como por los impuestos y recargos que contiene. Curiosamente, estas facturas soportan dos impuestos: el de la electricidad, que es un porcentaje fijo (4,864%) sobre la energía consumida, y el IVA, que subió al 18% el pasado 1 de julio. Cabe recordar que ese impuesto sobre la electricidad fue creado por el primer Gobierno de José María Aznar y entró en vigor el 1 de enero de 1998, siendo ministro de Industria Josep Piqué.
El importe total de cada recibo de la luz se reparte posteriormente entre una veintena de conceptos. De ellos, sólo tres responden a la energía consumida: generación, transporte y distribución. Estos suman 45,6 euros en una factura cuyo importe fuera de 100 euros. El resto, 54,4 euros, son impuestos, recargos y otros, según los cálculos de ingresos y costes realizados por Unesa, la patronal del sector eléctrico.
En este apartado destacan las primas a las renovables, que se llevan 22,5 euros del total del mencionado recibo. Hay que subrayar que esa cantidad es superior a la suma de dos de las actividades esenciales para el suministro, como son el transporte (4,6 euros) y la distribución (16,2 euros). En 2010, las primas a las renovables se aproximarán a los 6.000 millones.
El importe del recibo de la luz se reparte entre una veintena de conceptos
El IVA y el impuesto sobre la electricidad suman 18,7 euros. Para el polémico déficit de tarifa (que acumula ya casi 25.000 millones de euros) son 6,1 euros y 3 euros para las compensaciones extrapeninsulares (garantiza el suministro a las islas). Tampoco son desdeñables los 4,1 euros que se reparten entre la Comisión Nacional de Energía (CNE), el Operador del Sistema, la moratoria nuclear, los planes de calidad del Gobierno, el sistema de interrumpibilidad, planes de ahorro y eficiencia energética y el extra déficit de tarifas de 2009.
«Dudosa justificación»
Alguno de estos conceptos son calificados como de «muy dudosa justificación» por Unesa, como la financiación de los planes de ahorro y eficiencia energética. Las eléctricas insisten en que el mix energético propuesto por el Gobierno, con el mantenimiento de las primas a las renovables y el recorte de la generación nuclear, seguirá encareciendo el recibo de la luz.
Por otra parte hay que añadir que los carburantes podrían ser víctimas de una nueva tasa en los próximos meses si sale adelante una propuesta de las eléctricas y de las empresas del sector de energías renovables para que el Gobierno grave las gasolinas con un nuevo impuesto para sufragar el 75% del coste de las primas a esas energías «verdes».
De momento, la propuesta no tiene visos de salir adelante en un momento en el que los precios del petróleo y sus derivados se encuentran muy caros. Por si acaso, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, ya ha anunciado que un nuevo impuesto sobre los hidrocarburos «tendría un impacto negativo en la renta disponible de las familias y en los costes de las empresas» y agravaría la situación del sector del transporte.
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