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Wikileaks sugiere que el permiso de Exteriores dio pie al expolio de Odyssey

ABC analiza las filtraciones sobrelos cazatesoros con Carmen Calvo yCésar Antonio Molina, que relatan sus despachos con el embajador de EE.UU.

ODYSSEY

JESÚS GARCÍA CALERO

Los cazatesoros de Odyssey Marine Exploration contaron con el apoyo diplomático de Gran Bretaña y Estados Unidos (era sabido) pero los cables filtrados por Wikileaks revelan la fuerte presión de la embajada estadounidense en Madrid y detalles muy sabrosos del trato especial concedido a los cazatesoros en aguas españolas.

¿Cuál es el sentido (y el significado) de los tres permisos para explorar un pecio británico, el HSM Sussex, concedidos por el Ministerio de Exteriores español, que nada sabe de arqueología? El primero en tiempos del PP, con Josep Piqué de ministro, provocó un enfrentamiento con la Junta de Andalucía, donde Carmen Calvo —poco después nombrada ministra de Cultura— se rebeló contra esta imprudencia. El segundo lo relata el embajador Eduardo Aguirre en un cable de noviembre de 2005, cuando acude a ver a Calvo al Ministerio y sale con las manos vacías: «En los tres asuntos importantes que tenemos pendientes, la voluntad/ capacidad de su disposición es cuestionable». Más interesante es el hecho de que Aguirre reconoce en aquella fecha (2005) que «Odyssey es una saga de seis años y la ministra Calvo fue conocida por su frase de que Odyssey sólo podría buscar el HSM Sussex por encima de su cadáver».

El primer permiso concedido por Moratinos data del 18 de agosto de 2005, en una nota diplomática, y es muy valorado por la Embajada y por Odyssey, a pesar del riesgo de abordaje por la Guardia Civil: «La compañía está en una posición fuerte desde el punto de vista legal, gracias a la nota diplomática del MFA (Exteriores) autorizando la búsqueda. El asesor de Calvo, Carlos Alberdi, dijo que MFA había concedido erróneamente el permiso porque las competencias las tiene la autoridad autonómica, pero con la nota del MFA y el abrumador peso de la ley internacional que favorece a la compañía, a Odyssey le puede merecer la pena el riesgo de que lo aborden». Con los permisos en la mano, los barcos maniobraban en aguas del Estrecho sin la debida vigilancia.

Hubo aún otro permiso de Exteriores sólo un mes antes del expolio, en una nota verbal de marzo de 2007. Se demostró irresponsable esta reincidencia que tanto enfadaría a Carmen Calvo una vez más.

Calvo defiende las aguas

La propia ex ministra lo relataba ayer a ABC: «Eduardo Aguirre me decía: “Te doy garantías de que la empresa...” y yo le espetaba: “No me des garantías, que cumpla la ley española, Gibraltar no tiene aguas, así que o hablamos de aguas españolas o de aguas internacionales... Y cuando dé permiso Andalucía, si lo da, junto con los buzos de Odyssey bajarán buzos andaluces», dice con vehemencia.

Calvo se muestra orgullosa de haber «puesto la primera demanda contra Odyssey en Cádiz, que la puso Bibiana Aído cuando era mi delegada de Cultura, y de ser la que inició el caso en Tampa tras el expolio, cuya sentencia nos ha dado la razón». «Siempre he mantenido silencio sobre estas cosas, pero ya es hora de que se aclaren», afirma.

Lo cierto es que sólo en el juicio penal de La Línea de la Concepción se investigan aún las andanzas de Odyssey en aguas españolas durante tantos años. Tras el expolio, Calvo también habló con el embajador: «Él pedía un acuerdo y yo le contaba la historia de Alvear, la de España, porque sabía que era La Mercedes , yo tenía muy buena información. Se iba muy sorprendido». Para Calvo no hubo duda de que el pecio era español.

Molina: «Apuntaban todo»

César Antonio Molina también ha hablado con ABC de los cables en los que se relata sus reuniones con Aguirre. «El embajador siempre venía con un agregado que tomaba nota de todo lo que hablábamos, y al principio eso me causó estupor, pero luego pensé que era mejor, que así se aseguraba la trascendencia de lo que hablásemos». En las reuniones siempre se trataban varios temas, «y el más importante para ellos, y para nosotros también, era el de la piratería en internet, pero nunca hubo una proposición de solventar el asunto Odyssey a cambio de ceder a la demanda de Cassirer sobre un cuadro de Pissarro del Museo Thyssen, como se ha publicado», dice en referencia a la información de «El País».

La frase del embajador en el cable dice textualmente: «Aunque Odyssey y el asunto Cassirer están en distinta vía legal, es de interés para los dos Estados aprovechar cualquier margen de maniobra, dentro de la ley, para resolver ambos problemas en un modo que favorezca la relación bilateral». Inmediatamente, Molina dijo que son dos asuntos que nada tienen que ver, «nunca hubo oferta de cambiar uno por otro», subraya.

El ex ministro recuerda que «a menudo sacaba el tema Odyssey para mostrar nuestro malestar» y es verdad que el cable recalca su indignación por declaraciones de Odyssey a la CNN. En otros cables como el de julio de 2007, dos meses después del expolio, la embajada explica al detalle la estrategia de Odyssey para que sus barcos salieran indemnes del cerco de la Guardia Civil y la Armada. Querían arrancar un acuerdo a España y a cambio invitarían al Gobierno a la siguiente extracción (sic)en el lugar del pecio de La Mercedes y de paso «evitarían la disputa sobre las aguas de Gibraltar». Afortunadamente la ley siguió y sigue su curso.

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