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POESÍA

La Mancha en los poemas de Ángel Crespo

Alcolea de Calatrava conservó en su poesía un estatuto que la convertirá en un lugar poético absolutamente mítico, comparable a las ciudades prestigiosas que cantó

FOTOS DEL ARCHIVO PERSONAL DE ÁNGEL CRESPO

POR AMADOR PALACIOS

Y si el territorio de Castilla-La Mancha está plagado de recios monumentos pétreos, poblado de sublimes rincones naturales, los poemas de Crespo dedicados a la tierra que le vio nacer son asimismo monumentales y máximos emblemas del rico patrimonio regional

Ángel Crespo nació en ... la capital ciudadrealeña el 18 de julio de 1926. ¡Vaya día el de su décimo cumpleaños! Sin embargo, pasó largas temporadas, durante su niñez, su adolescencia y primera juventud, en la finca denominada «Cuesta del Jaral», en Alcolea de Calatrava, término muy próximo a la capital, donde su padre, oriundo de Fernán Caballero, funcionario de Correos y pequeño agricultor acomodado, cuidaba de las tierras de su esposa, originaria de Alcolea. El contacto con la flora y la fauna del lugar, con los campos cultivados y con la vegetación silvestre, con los bichos indómitos y con los animales domésticos, fue decisivo para su futura sensibilidad artística, marcando, con rotunda e indeleble forja, su rica producción literaria, donde el paisaje de Alcolea está presente, de una manera intermitente y regular, en toda ella. Los poemas de su primera fase poética, recogidos en el tomo primero de su poesía completa, del conjunto de tres que, tan sólo unos meses después de su muerte, publicó, no una institución castellano-manchega, sino la Fundación Jorge Guillén, de Valladolid, donde descansa parte de su legado, revelan esa exquisita traslación de la experiencia vivida por Ángel Crespo en la tierra manchega, trascendida del modo más fragante y sobrio: «También había polvo / amarillo de paja / y pajas por el polvo oscurecidas / y el desperdicio de la yegua / tierno y jugoso como huerto. / Y entre nuestras pisadas y la varia / suma de objetos, las azules, / las cenicientas, verdes / moscas, que preferían / volar hacia el aroma de la calle».

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