Guti, en «busca y captura»

Ayer Guti no estaba en el centro del campo. Según la página web del club «Guti, Raúl y Pepe trabajaron en el gimnasio en una sesión en la que participaron los canteranos Velayos, Juanan, Cristian y Mosquera». Tampoco en Valdebebas. Se había despistado. Engañado por el duendecillo del averno y traicionado por el silencio del despertador.

Todo tipo de desorientación siempre merece un plazo de cortesía. Hasta que se rebasa la línea. Entonces comienzan las llamadas al teléfono móvil del perdido. Agua. Más agua. Silencio administrativo. Y comienza la zozobra entre los responsables del Real Madrid.

Se activa el «plan B». Se rastrea en el entorno hasta que, por fin, horas más tarde, aparece al otro lado del teléfono el hilo de voz del futbolista. Está bien. Falsa alarma. Esgrime la coartada de un problema estomacal. Nada nuevo a estas alturas de la temporada. Un capítulo más de la «asignatura Guti», un día genio y otro niño.

El club mantiene el silencio porque sólo queda un partido para que termine el campeonato y no es el momento de levantar un incendio de amplias proporciones. Todo está claro entre el jugador y la dirección deportiva desde hace algún tiempo, y el club no va a permitir más comportamientos que laceren la integridad del grupo. El Madrid ha consentido sus despistes porque lleva veinte años en el club y porque su adiós estaba cerca.

Mourinho tienta al Madrid

En otro orden de cosas, continúa el «culebrón Mourinho» en su acercamiento al Real Madrid. El portugués sigue respondiendo a las continuas

preguntas sobre su futuro más inmediato y afirma que algún día entrenará al Real Madrid.

En una entrevista que publica hoy el semanario italiano «Panorama», explica que, dado que ha entrenado a un equipo grande en Inglaterra, el Chelsea, y a otro en Italia, el Inter, ahora le queda hacer lo propio en España.