Suscribete a
ABC Premium

El síndrome del capitán Achab

HACE algo más de un par de años se extendió por la opinión pública capitalina la idea de que Zapatero se parecía a Adolfo Suárez. La comparación beneficiaba al actual presidente, menos eficaz que el líder de la Transición y menos dotado para la cirugía ... política, pero tenía un fondo de semejanza objetiva: se trata de dos dirigentes intuitivos, maniobreros, pragmáticos, improvisadores, escurridizos, de escasa formación intelectual y potente olfato aventurero. La diferencia esencial es que Suárez resolvió muchos más problemas de los que contribuyó a crear, a pesar de lo cual acabó su etapa en la Moncloa desbordado por una crecida de desconfianza general y señalado como un obstáculo para la normalización de un país a la deriva. Una sensación de alarma, cercana al pánico, que aproxima de nuevo su perfil al de este Zapatero nervioso y contrariado, con claros síntomas de bloqueo político, aislado y autista, incapaz de hacer frente a la crisis y falto de determinación y soluciones para afrontar la responsabilidad del liderazgo.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia