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Los trabajos para liberar el tramo que iba a utilizar el AVE Madrid-Levante, que permitieron descubrir este cementerio de dinosaurios, concluyeron. Un equipo de numerosos paleontólogos bajo la dirección técnica del profesor de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), José Luis Sanz, y la codirección de Francisco Ortega llegó a esta localidad conquense ubicada a una quincena de kilómetros de la capital para estudiar durante más de siete meses el yacimiento.

Extrajeron cerca de 8.000 fósiles. El yacimiento quedó limpio y se estabilizaron los taludes que estaban aflorando. Ahora, explicó Ortega en declaraciones a ABC, descansan en una nave industrial a las afueras de la capital a la espera de ser estudiados con detenimiento. De la colección, muy voluminosa, algunos materiales han servido para estudios previos y para presentar datos preliminares en congresos y publicaciones.

Sin embargo, «el material necesita ser preparado y estabilizado». Para ello, se requiere financiación pública que permita seguir excavando en este yacimiento «único» que «nos dejó a todos maravillados». «Será una mina de información, una enorme riqueza en la que queda mucho que investigar», concluyó Ortega.

Durante las excavaciones se encontraron dinosaurios saurópodos del grupo de los titanosaurios. También restos fósiles de otros organismos como pequeños dinosaurios terópodos, un tireóforo, cocodrilos y tortugas. Entonces también se habló de reconstruir un dinosaurio saurópodo de 20 metros y de exponerlo como muestra del potencial del yacimiento.

El complejo se pensaba instalar en un terreno de unas 60 y 70 hectáreas en el término municipal de Fuentes. Sin embargo, nada se ha sabido desde entonces según indicaron fuentes municipales.