Defensa recorta el desfile de la Fiesta Nacional por falta de presupuesto
El Estado Mayor ha tenido que reducir entre un 15 y un 20 por ciento el número de aeronaves y blindados que podrán verse en el Paseo de la Castellana
Entre el recorte presupuestario aplicado por el Gobierno a Defensa en el ejercicio que termina (un 3 por ciento) y el previsto para el próximo año (el 6,7 por ciento), el Estado Mayor -que ya tuvo que suprimir el desfile terrestre del Día de ... las Fuerzas Armadas- también ha tenido que ajustar los gastos del de la Fiesta Nacional de mañana. Entre un 15 y un 20 por ciento menos de aviones, helicópteros y blindados que el año pasado recorrerán el Paseo de la Castellana de Madrid. En el caso terrestre la reducción es menor: de los 4.335 militares de la última edición se pasa a los 3.852.
Las cifras son un dato casi anecdótico, pero reflejan el problema económico de fondo al que se enfrentan las Fuerzas Armadas para el futuro inmediato. Los ahorros menores y en gastos casi «de representación» se admiten sin problemas, pero preocupan los recortes drásticos en planes de modernización (-24,90 por ciento), en inversiones en nuevo material (-52,83 por ciento) o en «investigación y estudios de las FAS» (-39,5 por ciento). Y quedan las reducciones generales en las partidas para entrenamiento de las unidades, y los gastos en combustible, horas de vuelo o de navegación para aviones y helicópteros, barcos y submarinos.
Como en otros ministerios de los llamados «de inversión», el Gobierno ha metido la tijera en las partidas mayores. Los grandes proyectos de modernización de cazas, blindados y barcos sufrirán nuevos retrasos. Las grandes empresas nacionales de armamento, las auxiliares y los programas de investigación y desarrollo pagarán el recorte.
Además, está el problema de que las Fuerzas Armadas mantienen ahora el mayor despliegue de la historia reciente en el exterior: más de 3.000 soldados y unidades navales fijas en misiones como Atalanta. Y casi la mitad de esas fuerzas están destinadas en un escenario cada día más bélico como Afganistán.
En ese contexto de máxima exigencia, recién enterrada la última baja del Ejército -el cabo Cristo Ancor Cabello- en una guerra que el Gobierno se niega a reconocer como tal, las Fuerzas Armadas volverán a desfilar por Madrid con lo mejor que tienen en el acto principal de la Fiesta Nacional. Será también una ceremonia de acercamiento de los ejércitos a una sociedad que volverá a tener la oportunidad de expresar su apoyo a unos soldados que lo dan todo al margen de las prevenciones del Ejecutivo por su propia imagen,
El Estado Mayor de la Defensa ha recortado el desfile con mucho cuidado. Apenas se notará en el conjunto del acto. Por la Castellana desfilarán 209 vehículos militares y se podrá ver cómo la sobrevuelan 58 aeronaves de los tres Ejércitos y de la Guardia Civil. Las principales novedades será el cambio de la tribuna principal -la que ocupa Su Majestad el Rey-, que se traslada a la plaza de Lima por las obras que el Ayuntamiento acomete en la de Colón, y que el desfile aéreo irá a continuación del terrestre en vez de después del homenaje a los caídos. El broche final lo pondrá la Patrulla Aguila dibujando los colores de la enseña nacional sobre el cielo de Madrid.
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