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Últimos días incómodos en Renault

En la Fórmula 1 lo de menos es el deporte, se escucha estos días en el autódromo de Monza para desasosiego de los pilotos que se juegan el bigote en cada curva, para los aficionados que buscan en las tribunas una conexión con sus ídolos y para los auténticos puristas del automovilismo: gente de válvulas, gasolina y décimas que se resisten a analizar la otra vertiente de la realidad, la política, porque aman este deporte. Por la política y la inseguridad jurídica de la Fórmula 1, sometida a procesos de ego y vanidades antes que a leyes claras, Renault se encuentra al borde del precipicio y Fernando Alonso vive unos últimos días incómodos en su escudería de siempre.

Nelsinho Piquet fue despedido de Renault y , en venganza, destapó un caso con todos los ingredientes de escándalo de primer grado. El accidente voluntario de Singapur 2008 para favorecer la victoria de Alonso. Y con él ha empezado el juego de las filtraciones interesadas y la propaganda.

Diversas fuentes apuntan en plan globo sonda que la casa Renault será castigada con severidad. Cien millones de multa e inhabilitaciones varias para Nelsinho, Pat Symonds (la mano derecha del patrón) y el propio Briatore. Sin embargo, la cuestión de fondo es que Renault puede acabar su periplo en la F-1 porque Max Mosley, el presidente de la FIA, se la tiene jurada a Briatore.

A Mosley le sacaron los colores con aquel vídeo de carga sexual a finales de la pasada temporada. Y en el vox populi del «paddock» se dejó caer que Ron Dennis había extendido su larga mano para dañar al presidente de la FIA. Se sentía agraviado por la sanción a McLaren en 2007 (72 millones y la pérdida de todos los puntos del Mundial de constructores) por el espionaje a Ferrari. Comenzó la campaña 2009 y la FIA apretó las clavijas a Hamilton: le acusó de mentir ante el tribunal y cualquiera pudo ver que se adivinaba un año difícil para McLaren. Dennis ha dimitido y desaparecido del mapa.

Son luchas de poderes. Y la que se plantea ahora tiene a Briatore y Mosley como contendientes. El británico no ha digerido su derrota en la afrenta del Mundial paralelo, en la que Briatore llevaba la voz cantante junto a Ferrari.

En esta situación, Alonso está viviendo unos últimos días incómodos en Renault si, como todo apunta, se confirma en noviembre su fichaje por Ferrari. Pretende alejarse del barro. La FIA lo exculpa. Mosley lo dijo el pasado viernes. Sin embargo, el padre de Nelsinho, el triple campeón Nelson Piquet, arremetió contra el español: «Alonso sabía que estaba organizado un accidente para favorecerlo». Cuestión que ha negado su hijo: «Fernando estaba al margen de todo». El ex piloto de Renault no se ha amilanado, de momento, ante un enemigo como Briatore. «Soy consciente del poder y la influencia que tienen estas personas, pero no tengo nada que temer frente a nadie porque digo la verdad», aseguró ayer en web.

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