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Mejor para el PP

PESE a que el «caso Gürtel» no le está costando al Partido Popular expectativas electorales, como se ha visto en la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, la dimisión «temporal» de su hasta ayer tesorero, Luis Bárcenas, alivia a este partido de una tensión ... interna cada vez mayor. Desde que el magistrado instructor designado por la sala Segunda del Tribunal Supremo llamó al senador Bárcenas para prestar declaración como «imputado provisional» -figura procesal inexistente, pero explicable por los perjuicios evidentes que causa el aforamiento al derecho de defensa de los sospechosos- la suerte política de quien fuera gerente y tesorero del PP durante muchos años estaba prácticamente echada. Era ilusorio pensar que el magistrado instructor iba a archivar el caso sobre la marcha, sólo por los documentos y las explicaciones que ofreció Bárcenas, por muy solventes que puedan ser. Las instrucciones penales tienen sus propios ritmos y no se deben hacer pronósticos sobre sus desenlaces, como lo demuestran los hechos, menos aún en causas tan complejas como la del «caso Gürtel», dividida en tres tribunales. En todo caso, Bárcenas no sólo merece la presunción de inocencia que establece la Constitución, sino el reconocimiento de haber estado siempre dispuesto a dar explicaciones sobre su comportamiento y responder a los indicios que aparecían en la investigación policial. Él mismo solicitó al Supremo prestar declaración y ha actuado judicialmente contra quienes lanzaban acusaciones contra él, aprovechando su indefensión de hecho, al no poder declarar hasta que el alto Tribunal asumiera la causa.

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