IU allana el camino al PSOE para el aborto libre en una ley de plazos

Para IU, son bebés perfectamente prescindibles según se desprende de las conclusiones sobre el trabajo realizado por la subcomisión parlamentaria encargada de estudiar la reforma de la ley del aborto.

El documento, presentado por Gaspar Llamazares, aboga «por una ley de plazos de corte progresista hasta en torno a las 20 semanas de gestación».

Fuentes del PP interpretaron esta iniciativa de Llamazares como «una oportuna cortina de humo para distraer la atención que se cierne en torno a la polémica suscitada por Educación para la Ciudadanía».

Asimismo interpretaban el anuncio de estas conclusiones como una «forma de allanarle el camino al PSOE para que cuando presente su ley de plazos -todo apunta a que será de entre 14 y 16 semanas- a la opinión pública no le parezca tan desorbitada».

Despenalización total

Desde el PP señalaron que ellos también están «trabajando para presentar en breve sus conclusiones» sobre la subcomisión y adelantaron que «bajo ningún concepto apoyaremos una ley de plazos. Es más nos opondremos frontalmente a ella». Avanzaron que propondrán «una batería de alternativas para apoyar a las embarazadas. Creemos que hay que apoyar a la mujer, porque muchas mujeres se ven abocadas al aborto por presiones familiares, profesionales o por dificultades económicas». En todo caso,les parece una especial «barbaridad permitir el aborto libre hasta la semana 20. Ya hablamos de un niño perfectamente formado».

En sus conclusiones, IU propone además «una despenalización total del aborto» de forma que desaparezca «como delito del Código Penal». Pide, asimismo, que la nueva ley «garantice la realización del aborto en la red sanitaria pública».

Entiende que no debe haber límite de semanas para abortar «en los casos de alteración fetal grave o si el embarazo supone un riesgo para la vida de la embarazada».

Solicita en otro de sus apartados que se regule la objeción de conciencia del personal sanitario «mediante un documento firmado por cada objetor que recoja de forma precisa la práctica sanitaria a la que afecta». Recomienda que esta regulación sólo se aplique «a los sanitarios directamente implicados en el proceso y nunca en la atención sanitaria previa y posterior a la intervención».

La última de sus propuestas resulta bastante curiosa: «Trabajar para la dignificación» del aborto, así como de los profesionales que lo practican.