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Paul Newman

Me van los lectores a perdonar, pero el pasado viernes se murió Paul Newman y una, que no es piedra, no puede escribir de otra cosa. Tenía ese hombre los ojos de un azul tan profundo, que no había forma de desazularlos. Cuando se le ... formaban como dos comisuras, llegabas a creer que sonreían. La primera vez que lo vi en el cine, siendo yo adolescente, aparecía unos segundos, al final de la película, haciéndole un guiño al público. Hubo, en aquella sala, suspiros, lipotimias y desmayos. Hay veces que uno quiere meterse en la pantalla, como en «La rosa púrpura de El Cairo».

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