Ocho personas, entre ellas un niño de 3 años, mueren al volcar un autobús en Oropesa

El accidente se produjo alrededor de las 18.20 horas de ayer, en el kilómetro 409 de la AP-7 y en el siniestro no se vieron implicados más vehículos. Sólo dos de los fallecidos eran varones, uno de ellos, el conductor del autocar, natural de Cartagena y que había relevado a un compañero al paso del vehículo por Murcia. Es la única víctima de nacionalidad española, ya que el resto de los viajeros del vehículo eran magrebíes que viajaban en un vehículo de la compañía Autocares Meroño. Regresaban de Marruecos de pasar sus vacaciones y habían desembarcado en Almería. Se dirigían a Cataluña, donde vive la mayoría.

El segundo varón muerto es un hombre de 57 años que ingresó en el hospital con parada cardiaca. La víctima mortal más joven es un niño de tres años, junto al que han perdido la vida cinco mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 60 años.

Choque brutal

Los testigos del siniestro no ocultaban la crudeza de un choque brutal. La violencia de la colisión contra la mediana hizo que estallaran las lunas del autobús; algunos de los pasajeros salieron despedidos por las ventanas para acabar aplastados por el propio vehículo al volcar. El número de heridos ascendió a 40 personas, seis graves. Entre estos últimos se encuentran tres niños, dos de ellos fueron trasladados en un helicóptero medicalizado e ingresados en el Hospital La Fe de Valencia, mientras que otro permanece en la UCI pediátrica del Hospital Provincial de Castellón.

Dos de los pequeños, de 6 y 17 años, padecen traumatismo craneoencefálico grave y, uno de ellos, además, sufrió la amputación del brazo izquierdo. Otra niña sufrió la amputación de las dos manos. Un total de 27 heridos fueron trasladados desde el lugar del siniestro al Hospital Provincial de Castellón y otros 12 al Hospital de La Plana en Vila-real.

Las cifras de efectivos movilizados para atender a las víctimas ponen igualmente los pelos de punta. Fueron necesarias la intervención de hasta 25 ambulancias, así como la de un vehículo de coordinación y asistencia a múltiples víctimas. Hasta el lugar del siniestro se trasladaron dos helicópteros medicalizados, cuatro unidades de bomberos y dos camiones-grúa para poder levantar el autobús. A estos hay que sumar 30 efectivos de la Guardia Civil más un equipo especializado para llevar a cabo la reconstrucción del accidente con el fin de determinar las causas.

Rápida evacuación

Gracias al trabajo del personal de emergencias, en una hora y cuarto todas las víctimas habían sido derivadas a los hospitales. En cada uno de los centros sanitarios un efectivo del SAMU se encargaba de recopilar información sobre los heridos para agilizar el contacto con los familiares. Poco después del siniestro, un centro de atención médico y legal fue instalado en el Hospital Provincial y, posteriormente, las autoridades habilitaron otro centro de atención y alojamiento para los heridos leves en un polideportivo de la capital de La Plana.

Al lugar de los hechos acudieron el presidente de la Generalitat Valencia, Francisco Camps, que visitó a algunos de los heridos ingresados en el Hospital General de Castellón, y el consejero de Gobernación, Serafín Castellano. Desde el momento del accidente y hasta bien entrada la noche, hubo de ser cortado el tráfico en la AP-7 en sentido Barcelona. Los vehículos con dirección a Valencia fueron desviados por la salida de Oropesa a la N-340, y desde allí volvían a incorporarse a la autopista por el acceso de Castellón Norte. El corte de la autovía provocó hasta siete kilómetros de retenciones, que fueron disminuyendo tras la reapertura al tráfico de la carretera.

El delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ricardo Peralta, aseguró ayer que ya han contactado con las autoridades marroquíes y a última hora de ayer estaban pendientes de que se presentaran en Castellón, para ponerse en contacto con los familiares de las víctimas.

Dramáticos antecedentes

El accidente ha tenido lugar a solo 16 kilómetros del de Torreblanca, donde en 1992 otro siniestro similar provocó 46 muertos. El accidente es el más grave en vehículos de pasajeros desde el pasado 19 de abril, cuando fallecieron nueve finlandeses en Benalmádena. Hace un año, perdieron la vida cinco personas en un accidente de autobús en la A-4 . Además en noviembre de 2001, fallecieron veinte jubilados en Villarrasa (Huelva) al salirse de la vía el autobús en el que regresaban de una excursión. También en 2001 se registró otro accidente con siete víctimas.